| El UAV Pelícano, de Indra | |
Cuáles son los mejores fabricantes españoles de drones? ¿Desde qué aeropuertos
 pueden ya volar? Nuestro país cuenta con gran cantidad de empresas que 
diseñan y producen estos aparatos. Esto es lo que hay que saber sobre 
los productos nacionales.
España es la quinta potencia europea en fabricación de drones, con 
medio centenar de empresas y más de 220 operadores que ofrecen sus 
servicios con ellos. Nuestro país tiene cinco aeródromos
 para desarrollo e investigación de todo tipo de aeronaves no 
tripuladas. 
Sin embargo, estas cifras también esconden un negocio que 
incluso para multinacionales como Indra ha sido ruinoso. Son la cara y 
cruz de una moneda.
En pocos años, los drones invadirán los cielos españoles, igual que los europeos. Según un estudio elaborado en el Reino Unido, para 2050
 podrían existir unos 150.000 puestos de trabajo relacionados con los 
drones. De hecho, para 2023 la UE quiere que los aparatos de medio 
tamaño que pueden volar sin piloto, sustituyan a las avionetas comerciales y los helicópteros; y, cinco años después que puedan llevar mercancías e incluso pasajeros. 
De acuerdo con la asociación internacional UVSi,
 España ocupa el cuarto puesto en Europa -empatada con Italia- en el 
número de sistemas aéreos no tripulados en desarrollo u operación, con 
cerca de un centenar de fabricantes que trabajan en vehículos aéreos no 
tripulados, con todo tipo de resultados.
La clave para emplear estos aparatos es conseguir que vuelen de forma
 segura junto a los aviones comerciales. En España varios organismos, 
como el INTA o Fada CATEC, trabajan en ello. De hecho, en 2014, en San Javier –Murcia- se realizó un vuelo de un avión no tripulado en el espacio donde operan los aviones comerciales, como parte del  proyecto DeSIRE -‘Demonstration of Satellites enabling the Insertion of RPAS in Europe’-, financiado por la Agencia Espacial Europea y la Agencia de Defensa Europea. 
De hecho, muchos expertos ya están recomendando crear una base de datos
 común en la que se compartan planes de vuelo, para que en un futuro 
pueda controlarse el tráfico aéreo de drones de forma automática, una 
idea en la que trabaja la NASA en EE.UU.
Existen compañías como SCR, participada por el Grupo Everis, que ha vendido cerca de un millar de drones, principalmente dedicados a remolcar blancos aéreos para los ejércitos. Frente a ellas, hay otras como la multinacional Indra que, a pesar de ofrecer una gama completa de drones –el Mini UAV Mantis (5,2 kg.) de ala fija y el Pelícano (200 kg.) de ala rotatoria y despegue vertical, de 200 kilos para vigilancia marítima- no ha conseguido cliente alguno.
Existen compañías como SCR, participada por el Grupo Everis, que ha vendido cerca de un millar de drones, principalmente dedicados a remolcar blancos aéreos para los ejércitos. Frente a ellas, hay otras como la multinacional Indra que, a pesar de ofrecer una gama completa de drones –el Mini UAV Mantis (5,2 kg.) de ala fija y el Pelícano (200 kg.) de ala rotatoria y despegue vertical, de 200 kilos para vigilancia marítima- no ha conseguido cliente alguno.
Entre ambas hay 
infinidad de empresas de todos los tamaños, con algunas de las 
propuestas más novedosas, a la espera de grandes clientes. Expal, por 
ejemplo, ofrece el Shepherd 1000, un drone con forma de
 ave rapaz, que puede ser utilizado tanto como observador avanzado en 
operaciones de combate –para informar de tropas hostiles más allá de la 
vista- así como para ahuyentar a pájaros de las cercanías de los 
aeropuertos y evitar así accidentes con aviones. 
Thales España también ofrece drones de inteligencia como el Fullmar y el UAV F-2,
 que forman parte de los más avanzados tecnológicamente en nuestro país.
 También está Usol, con sus poderosos aviones no tripulados de 50, 100 y
 150 kg para labores de inteligencia y vigilancia; o Dronetools y 
Aereogenix, que ha vendido más de un centenar de sus octocópteros para 
grabaciones aéreas.
¿El más avanzado? El Atlante de Airbus Defence & Space, en el que también participan de forma destacada compañías como GMV
 -en el sistema de control- y el INTA, entre otras empresas y 
organismos. El Atlante es un drone de tamaño medio cuya tecnología 
servirá como base para los modelos futuros que desarrolle la compañía. 
También destacan los desarrollados por el Instituto de Técnica 
Aeroespacial, el organismo de investigación más puntero de España, como 
el Milano, el SIVA, Alo… hasta los Diana y Alba, que sirven para remolcar blancos aéreos.
Incluso la empresa líder mundial en sistemas de control de satélites,
 la española GMV, está volcada en un programa para desarrollar un 
sistema que permita utilizar al ejército español las imágenes de UAVs de
 distintas fuerzas militares de la OTAN.
Entre las empresas que ofrecen más aplicaciones civiles destaca FlightTech, con su FT-Altea -
 4,5 horas, con un techo de vuelo de 6.096 m y velocidades de hasta 150 
km/h-, que ha conseguido homologarlo para que se utilice en la recogida 
de información en incendios forestales en Andalucía.
Junto a ellos se está creando un reducido club de compañías que desarrollan el software informático que gestiona el control de estos aparatos de medio y pequeño tamaño –inferior a los 150 kilos-.
También están el Spylite, de Tiedro
 –con 50 km/h de velocidad, una autonomía de hasta tres horas y un 
alcance de 30 km-, Elbit o la original Singular Aircraft, con su 
hidroavión apagafuegos no tripulado de 10 metros de largo –que ha 
realizado este año su primer vuelo experimental-.
España cuenta con un mercado de pequeños drones como el Airrobot de la compañía Tradesegur –con 20 minutos de autonomía- para vigilancia en edificios y grandes instalaciones, o el minidrone Atmos-6, de CAT UAV,
 para labores de inteligencia, que puede volar hasta 120 min y tiene un 
techo de vuelo de 4.800 m, hasta los 80 km/h. Ya ha cumplido 120 
misiones.
Otras empresas están centrándose en los llamados autopilotos,
 el software que permite a los aviones no tripulados despegar, realizar 
su misión y aterrizar simplemente dando a un botón. Es el caso de UAV Navigation, fundada en 2004 y que ha vendido su tecnología a la israelí IAI, a Airbus, a Boeing o a BAE
 –y que incorporará a raquetas de padel para registrar los movimientos 
del jugador-, y de la madrileña AirElectronic, que equipa a una decena 
de modelos de aviones no tripulados de varias empresas españolas y 
extranjeras. 
Precisamente, entre sus ‘clientes’ está la Fundación Bill Gates,
 con la que ha colaborado en África para desarrollar el mejor tipo de 
grano que plantar y con el que conseguir que, gracias a su rápido 
crecimiento, calidad y fortaleza, se pueda paliar la hambruna en muchos 
rincones de dicho continente.
Aeródromos de drones españoles
España es de los países europeos con más instalaciones para el 
desarrollo y vuelo de este tipo de ingenios no tripulados. Los más 
avanzados son los dos que tiene el INTA en Rozas –Lugo- y Arenosillo –Huelva-,
 donde también se prueban misiles de los ejércitos. 
Por supuesto, para 
aparatos militares el Ministerio de Defensa dispone de sus propios 
aeropuertos, entre los que destacan los de Salamanca y Zaragoza.
 En el futuro podrían despegar también de León –donde hay un pequeño 
aeródromo, el de La Virgen del Camino, para los drones del Ejército de 
Tierra-.
J.M. Vera
http://www.onemagazine.es






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