Artificieros, desactivadores de explosivos, Tedax
(como se les conocía antes), operadores EOD (siglas inglesas de
«Explosive Ordnance Disposal) o EOR («Explosive Ordnance
Reconnaissance») son algunos de las denominaciones de los especialistas
del Ejército de Tierra para neutralizar los explosivos. «Hombres tranquilos» que actúan como cirujanos: cables, alicantes, cañones de agua, cinta aislante, traje EOD9 o rodillos son algunas de sus herramientas.
Tal era el caso de los tres legionarios que fallecieron ayer en la base de la Brigada de la Legión en Viator
(Almería): el brigada Antonio Navarro García, el brigada Manuel Velasco
Román y el sargento José Francisco Prieto González, todos ellos
pertenecientes a la Bandera de Zapadores de la Legión. Todos ellos curtidos en la guerra de Afganistán.
Precisamente, a finales del mes de octubre pasado ABC tuvo la
posibilidad de comprobar de primera mano el trabajo que estos zapadores
de La Legión que, como otros cuerpos especializados en estos menesteres
como el Mando de Ingenieros, estaba preparándose para el repliegue en la
guerra de Afganistán, el escenario más exigente en cuanto a la lucha
contra artefactos explosivos improvisados (IED, en el acrónimo inglés). Aquella experiencia fue en las maniobras «Interdict 2012», que se celebró en el campo de maniobras de San Gregorio (Zaragoza).
Efectivamente los IED son la principal causa de muerte entre las
fuerzas de la OTAN en Afganistán. Este año han provocado la muerte de 24 de los 43 fallecidos (el 55%), otros años ese porcentaje fue superior.
Bicis-bomba, motos-bomba, burros-bomba, minas-trampa
(HOAX, en el argot castrense) o una garrafa de gasolina rellena de
nitrato amónico con algún tipo de combustible unida con un cable de
transmisión a un detonador que bien puede ser una caja de cerillas vacía
son algunas de las amenazas a las que hacen frente nuestros operadores
EOD en escenarios como Afganistán (en Líbano el trabajo suele ser más de
desminado). Por ejemplo, el último fallecido en la guerra de
Afganistán, el sargento David Fernández Ureña murió mientras trataba de desactivar una bomba.
Los operadores EOD son una especialidad desconocida. Aunque, como
siempre, el cine de Hollywood los ha dado ha conocer (en su versión
norteamericana) en películas como la oscarizada «The Hurt Locker» (En tierra hostil).
Pero esta especialidad seguirá creciendo, dado que en los nuevos
conflictos asimétricos contra el terrorismo global el IED se ha
convertido como la principal arma tanto contra la población civil como
contra los militares.
Labores contra los IED localizados, limpieza de rutas con vehículos
preparados para ello como los «Husky» o rodillos en los RG-31 e
investigación en este campo en laboratorios y locales como el del
trágico suceso de ayer -España cuenta con el Centro de Excelencia de la OTAN
en la lucha contra IED, en Hoyo de Manzanares (Madrid)- son algunas de
las labores y “contraarmas” con las que cuentan estos “hombres
tranquilos”.
Precisamente la I Premio Sabino Fernández Campo -de ABC y BBVA,
que quiere recordar así la memoria del que fuera Jefe de la Casa Real
de Su Majestad el Rey otorgando un tributo de la sociedad civil a la
militar- concedió su primer galardón al Centro Internacional de
Desminado de la Academia de Ingenieros de Hoyo de Manzanares.
La labor de los operadores EOD, sigilosa, está siempre ahí. No
importa los escenarios, en cada patrulla, en cada convoy… ellos abren el
paso. Llegan, observan, aseguran, diagnostican, manipulan y… desactivan
la bomba. Conducen los vehículos especialistas. «Fuego, fuego, fuego» gritan en el momento final para advertir a sus compañeros que se aproxima una deflagración.
Su materia prima (explosivos) es muy delicada y arriesgada. A veces
se suceden los accidentes. Como ayer en el caso de los brigadas Navarro y
Velasco y el sargento Prieto. Como en 2011 le sucedió a otros cinco militares en Hoyo de Manzanares: el
sargento primero Sergio Valdepeñas, el sargento Mario Hernández y el
cabo Miguel Ángel Díaz Ruiz del Ejército de Tierra; y al sargento
primero Víctor Manuel Zamora y al cabo primero Javier Muñoz Gómez, de
la Armada. Son los últimos artificieros Caídos junto al sargento Ureña
en Afganistán. A ellos, mi más sentido reconocimiento.
¿Cuál es la principal característica que deben tener los operadores
EOD?, pregunté al sargento primero Gallardo durante el ejercicio
«Interdict 2012». «Cabeza fría, tranquilidad y preparación», respondió. En épocas de guerras más sucias, ellos son nuestros hombres tranquilos.
Mi más sentido pésame a las familias de todos ellos. Un gracias póstumo a su labor. Los Ingenieros les admiramos.
ResponderEliminar