En rueda de prensa el vicedirector del Servicio Federal
para la Cooperación técnico-militar de Rusia, Viacheslav Dzirkaln,
señaló que el trabajo en el proyecto continúa de acuerdo con el orden
acordado y la campaña desplegada en la prensa no entorpece esa labor. Al
propio tiempo, semejante ataque informativo prueba que en la India hay
un número suficientes de detractores de la cooperación con Rusia en este
campo.
Las raíces del problema se ven a simple vista: la estructura de
la Fuerza Aérea de la India, que apuesta básicamente por la explotación
de aviones de fabricación rusa y francesa, supone la existencia como
mínimo de dos grupos de presión – uno prorruso y otro profrancés.
Al
propio tiempo, el segundo grupo, que acaba de ganar la licitación para
el suministro de aviones medianos multifuncionales de combate (Medium
Multi-Role Combat Aircraft (MMRCA) – el caza francés Rafale),
experimenta escasez de recursos: el alto precio de Rafale y las no muy
grandes posibilidades económicas de la India, imponen la búsqueda de
medios adicionales, y el programa conjunto con Rusia de creación del
caza de quinta generación es en estas condiciones blanco para los
ataques de los cabilderos.
A la vez, los argumentos
contra el Sukhoi/HAL Fifth Generation Fighter Aircraft (FGFA) no son
tantos. Más que nada se critica el precio del avión, que, por lo visto,
superará los cien millones de dólares por unidad. Sin embargo, la
próxima adquisición del Rafale a un precio que se acerca a los veinte
mil millones de euros por ciento veintiséis máquinas, evidentemente
resultará aún más costosa.
Al mismo tiempo, no hay que olvidarse de la
diferencia de generaciones: el prototipo del FGFA, el caza T-50, realizó
su primer vuelo en enero de 2010, veintitrés años después que el primer
Rafale.
Pero si al Rafale se le puede encontrar un
sustituto entre otros aparatos con características técnico tácticas
parecidas, pues, desde este punto de vista, el proyecto FGFA es único:
nadie más ofrecerá a la India un caza pesado de quinta generación.
No
obstante, “la pugna por el dinero” continúa y, teniendo en cuenta la
actual situación, difícilmente cese pronto. Hay especialistas que opinan
que es muy probable que la India renuncie al Rafale, anulando los
resultados de la licitación para los suministros de los MMRCA y
redistribuyendo los medios a favor de otros programas, incluido el
FGFA.
El caza de quinta generación no es el único
proyecto conjunto de los constructores aeronáuticos rusos e indios.
Ambas partes cifran grandes esperanzas en el proyecto de avión de
transporte multifuncional (medium transport aircraft) MTA, sobre la base
del avión Il-214.
Aún en 2007 los gobiernos de Rusia y
la India suscribieron el acuerdo sobre el proyecto y construcción del
avión MTA. Posteriormente los futuros socios convinieron en que a cada
una de las partes, la rusa y la india, les corresponderá el 50 % de las
acciones de la empresa. La sede se abrirá en Nueva Delhi.
La producción
del avión se alojará tanto en Rusia como en la India. Los planes de
producción prevén el lanzamiento de doscientas cinco aeronaves, de las
cuales el 3 % podrá exportarse a terceros países. En caso de que todo se
desarrolle acorde con el plan, el primer vuelo del MTA se hará efectivo
entre 2016 y 2018.
En palabras de Víctor Livánov, constructor general
de la Sociedad Anónima Iliushin, el Ministerio de Defensa de Rusia tiene
previsto encargar un centenar de este tipo de aviones y la India
cuarenta y cinco. El potencial general del mercado de aviones MTA se
estima en trescientas noventa unidades, teniendo en cuenta los aviones
de transporte civil.
En este mes de febrero deberá
superarse una etapa importante más: la presentación de la documentación
del proyecto del avión. Por ahora no se menciona con exactitud la fecha
del primer vuelo, pero, lo más probable es que tenga lugar en 2017.
La
ejecución del proyecto MTA afronta no pocos problemas, pero el éxito de
la máquina es de suma importancia tanto para la Fuerza Aérea de Rusia
como de la India. Ambos países disponen de una gran cantidad de
instalaciones alejadas, que requieren abastecimiento por aire, pero el
empleo de aviones tipo Il-76 no siempre, ni mucho menos, es posible y
conveniente.
La ejecución de los proyectos FGFA y MTA
permitirá a la Fuerza Aérea de la India contar con una industria
aeronáutica moderna. Y Rusia tendrá la posibilidad, a expensas del
dinero de los socios, de seguir avanzando en el diseño, elevando el
nivel tecnológico y la competencia de los diseñadores.
En las
condiciones en que los proyectos de nuevas máquinas se vuelven cada vez
más caros y complicados, tal posibilidad no se puede desperdiciar.
Fotо: www.sukhoi.ru
http://spanish.ruvr.ru
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