–Hace poco, Rusia entregó a India el portaaviones “Vikramaditya”. ¿Qué otros proyectos semejantes pueden esperarse en el futuro?
–Nuestra
cooperación con India no termina con la entrega de “Vikramaditya”,
claro está, aunque es el proyecto más ambicioso en toda la historia.
Rusia suministró a India equipos e instrumentos de entrenamiento para
pilotos de la aviación embarcada, así como para el nuevo portaviones
indio del proyecto 71. Además, se está negociando el servicio postventa y
mantenimiento técnico de dicho portaviones.
–¿Cuánto costará la reparación del crucero portamisiles “Almirante Najímov”?
–Ahora
los trabajos están en su etapa preliminar, próximamente este navío será
trasladado al mismo dique en que hace poco fue sometido a modernización
“Vikramaditya”. El “Almirante Najímov” deberá ser entregado a la Marina
rusa en 2018. En cuanto al precio, no lo puedo detallar. Después de
reparado, este crucero pesado contará con nuevos armamentos y equipos
electrónicos.
Almirante Najímov
–¿La reparación del “Almirante
Najímov” es una suerte de preparación para hacer lo mismo con el crucero
atómico “Pedro el Grande”?
–Desde
luego. El crucero “Pedro el Grande” se incorporó en los arsenales en
1998 y desde entonces, cumple misiones permanentes. Ya le tocan los
plazos de reparación y modernización, igual como al “Almirante Najímov”.
–¿Cómo avanza la ejecución del proyecto Líder?
–El
año pasado, el Ministerio de Defensa concertó el contrato para la
ejecución de los trabajos de diseño y experimentación Líder que
estipulan desarrollar buque de superficie para espacios oceánicos.
–¿A qué categoría de buques va a pertenecer? Será destructor o crucero?
–Por el momento, hablamos de buque de guerra oceánico, término que de la mejor manera refleja sus prestaciones y misiones.
–Hable de sus parámetros técnicos, como desplazamiento, unidad de propulsión, armamento.
–Los
altos mandos de la Marina todavía tienen que decidir si necesitan un
buque con turbina a gas o con reactor nuclear. Precisamente de ello van a
depender los demás parámetros.
Por lo que al armamento se refiere,
muchos tipos de armamento para el buque oceánico, previamente serán
ensayados en la fragata del proyecto 22350 (buque multipropósito de gran
radio de acción, destinado para el rearme de la Marina de Guerra de la
Federación Rusa).
–La Armada experimenta una
aguda escasez de buques oceánicos. Por si fuera poco, el buque
antisubmarino “Almirante Chabanenko” está en reparación. ¿Podría
comentarlo?
–Serán
reparados todos los elementos estructurales, así como serán modernizados
los equipos cuya reparación sea imposible o resulte demasiado costosa.
Almirante Chabanenko
–¿Se dotará de nuevo armamento?
–No
hay necesidad de hacerlo. El armamento ya instalado posee
características indispensables para el cumplimiento de las misiones
encomendadas. Las mejoraremos a costa de la modernización, pero sin
reemplazar el armamento.
Quisiera destacar que el “Almirante Chabanenko”
y sus predecesores del proyecto 1155 han resultado ser unos buques
sumamente eficaces que cumplieron a carta cabal las misiones en todas
las zonas clave: en los océanos Pacífico, Indico, Atlántico, en el Golfo
de Adén y el Mediterráneo… Los mantendremos en la composición de la
Armada hasta que la industria nos proporcione una suficiente cantidad de
buques nuevos.
–Comente la construcción de las
fragatas del proyecto 22350. ¿Por qué se aplazaron reiteradamente los
ensayos del buque insignia y su puesta en servicio operacional?
–Este
año, el buque realizará su primera salida al mar. Es cierto que el
proyecto en cuestión afronta determinados problemas, relacionados con
nuevas soluciones técnicas en la unidad de propulsión, los instrumentos
electrónicos y el armamento. También han ralentizado la ejecución los
retrasos por parte de los productores del armamento y sistemas
electrónicos.
A tales efectos, el vicepresidente del Gobierno ruso,
Dmitri Rogozin, responsable de la industria de Defensa, convocó en San
Petersburgo una reunión ad hoc cuyos asistentes adoptaron resoluciones
concretas relativas a los plazos de suministro y los compromisos de la
industria.
Depositamos grandes esperanzas en este proyecto. Dichas
fragatas, de gran radio de acción, van a operar tanto en mares como en
océanos.
–Hable de las fuerzas de desembarco de
la Marina. ¿Qué suerte correría el buque “Iván Gren” y todo el proyecto
11711 (modernos buques de desembarco de gran porte, destinados para
trasladas fuerzas de desembarco, material bélico y equipos)?
–En
cuanto a “Iván Gren”, este buque lo entregaremos el año que viene, la
demora se debe a que la Marina introdujo cambios en los requisitos. Se
planea construir otros dos o tres buques de este mismo proyecto.
–Pero,
a todas luces, ¿serán insuficientes para renovar las fuerzas de
desembarco? ¿Serán los Mistral la principal clase de buques?
–Pronto,
la Armada recibirá dos portahelicópteros de desembarco de la clase
Mistral. Son unos buques bien costosos, por lo cual no serán muchos.
Creo que la principal clase de buques de desembarco deben ser unos
buques de dimensiones medianas, con un porte de 13 ó 15 mil toneladas
métricas, parecidos por su concepto al Rotterdam (Holanda).
De 6 a 8
buques serían suficientes. Junto con los Mistral, los del proyecto 11711
y los buques de desembarco que están reparándose, mantendrán nuestras
fuerzas de desembarco en alta disponibilidad operacional.
http://spanish.ruvr.ru
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