El año pasado Kirguizistán anunció el cierre de la base
aérea estadounidense en Manas, en febrero su personal empezó a
trasladarse a la nueva base en Rumanía. ¿Y si los aliados europeos dan a
entender que la visita ya se ha prolongado demasiado o ni siquiera
abren la puerta?
A pesar de que Europa es pequeña, se encuentran
alternativas. Alemania endureció los requisitos ambientales para las
instalaciones militares extranjeras, y las bases estadounidenses se
trasladaron a Italia y Bulgaria. Hace tres años la República Checa
declinó el "honor" de alojar los elementos del escudo antimisiles de
EEUU. Para el 2018 se desplegarán en Polonia.
Tampoco
Washington se quiere ir de Afganistán a pesar de las amenazas de hacerlo
antes del fin de 2013, si Hamid Karzai no firma el Acuerdo Bilateral de
Seguridad. Los diplomáticos y militares estadounidenses explicaban que
si el acuerdo no se firma en esos plazos, al Pentágono técnicamente no
le daría tiempo para preparar la permanencia del contingente en 2014.
Pero aún después de que el Congreso de Estados Unidos votase por reducir
a la mitad la ayuda destinada para el desarrollo de Afganistán, la
parte afgana no cambió su actitud hacia el documento en cuestión que,
entre otras cosas, da inmunidad judicial a los soldados estadounidenses.
Esta semana el presidente estadounidense, Barack Obama,
ha telefoneado a su homólogo afgano, Hamid Karzai, para comunicarle que
ordenó al Pentágono prepararse para la posibilidad de una retirada
completa de sus tropas de Afganistán para finales de este año. ¿Qué
significa esto? Nada.
El jefe de las fuerzas de la OTAN en Afganistán,
el general Joseph Dunford, ya anunció que para julio el contingente
estadounidenses ya dispondría de todo lo necesario para la permanencia
en el país de unos 10 000 efectivos que posiblemente se queden después
de 2014.
La palabra “posiblemente” en este contexto
indica que EEUU no descarta que el próximo presidente de Afganistán
también se niegue a firmar el acuerdo de seguridad. Pero para este caso
Washington tiene otra solución a la que recurrió, por ejemplo, en Iraq
en diciembre de 2011.
Las autoridades iraquíes
insistieron en la retirada de las fuerzas estadounidenses y el Pentágono
tuvo que hacerlo. Pero dejó en el país centroasiático una misión
“diplomática” impresionante, la más numerosa y cara del mundo. Además de
dos mil diplomáticos, contaba con 15 000 empleados de las empresas
militares privadas.
Los consulados estadounidenses están también en
Basora, Mosul y Kirkuk, en cada uno de los cuales hay destinados más de
1000 empleados y hasta 5000 de militares. Y, lo que es fundamental, todo
este personal, incluyendo los contratistas militares y de seguridad,
tienen inmunidad diplomática.
Hasta el momento, aunque ha habido
reducciones insignificantes de esta "división diplomática" en Iraq, los
recortes del gasto militar en EEUU no la han afectado seriamente.
Y
es que Washington es capaz de encontrar un agujero en cualquier ley.
Valga como ejemplo lo que pasó en Filipinas. En su momento se estableció
en la Constitución del país la prohibición de la presencia de bases
militares extranjeras permanentes. El Pentágono no tardó en firmar un
acuerdo sobre el despliegue "temporal" de sus fuerzas y continúa
acogiéndose a él.
Cuando en Afganistán gobernaba el
régimen procomunista, se celebraban las victorias sobre el Imperio
británico. Tras la retirada de las tropas soviéticas en el país
empezaron a celebrar la liberación de estas.
Parece que la experiencia
afgana de cantar victoria sobre un “gran hermano”, conseguida gracias a
otro, resulta atractiva para muchos países. Pero si se invita al
ejército de EEUU cabe recordar: hagan lo que hagan los militares
estadounidenses, sea luchar contra el terrorismo o buscar armas de
exterminio masivo, intentarán quedarse. Y para ello harán todo lo que
esté en su mano.
Foto: Flickr.com
http://spanish.ruvr.ru
0 comentarios:
Publicar un comentario