Los militares dicen estar “cansados” de que
Defensa mantenga el presupuesto pero reciba menos unidades, como ya
ocurrió con el Eurofighter o el Pizarro.
Es el escenario más probable que se maneja en
la Armada: se recibirán tres submarinos S-80 de los cuatro planeados en
un principio, pero se mantendrá el coste del programa. El malestar de
los militares crece ante estas prácticas de la industria de defensa.
Tal y como publicó El Confidencial Digital, el problema del diseño del primer submarino S-80 que construye Navantia podría suponer una importante modificación del contrato inicial estipulado: desechado la primera de las unidades por ‘sobrepeso’, la Armada recibiría tan sólo tres de los cuatro encargados.
Una posibilidad que, según indican fuentes militares a ECD, se va conformando como opción prioritaria, de cara a evitar el sobrecoste que supondría reparar el primer submarino. Sin embargo, confiesan con preocupación y cierto malestar que dicha posibilidad “no supondría una ahorro sobre la cantidad inicialmente planteada” para este proyecto.
Defensa se niega a afrontar un sobrecoste del presupuesto del proyecto, unos 2.200 millones de euros
(1.800 en la concepción inicial del programa). Por ello, la opción más
plausible que se baraja es la de renunciar a una unidad aunque la medida
no lleve aparejada una rebaja del coste total. Cada submarino, por
tanto, pasaría de costar 550 millones de euros a algo más de 700 millones.
Cansados de las reducciones
Defensa tiene un problema grave con sus Programas Especiales de Armamento,
como se denomina a aquellos planes de adquisición de material que
tienen un peso importante –determinante más bien- en los Presupuestos
Generales del Estado.
Año tras año ha tenido que ir haciendo frente a los más de 30.000 millones de euros acumulados –en parte por impagos de los últimos gestores- gracias a créditos extraordinarios, negociados con el Ministerio de Industria.
Unos créditos de 1.800 millones de media
anual para cubrir ese desfase presupuestario y evitar que el
incumplimiento de los calendarios de pago supongan un aumento de los
intereses y penalizaciones económicas –sujetas a los contratos firmados
por Defensa con la Industria-.
Una de las vías a las que recurre Defensa para reducir esa cantidad adeudada –actualmente unos 29.000 millones de euros- es la cancelación de parte de los pedidos. En el último año, por ejemplo, se ha renunciado a 14 aviones Eurofighter, 73 vehículos blindados Pizarro, 23 helicópteros NH90 o 14 aviones A400M.
Estas
cancelaciones, sin embargo, tampoco van acompañadas de una reducción
significativa del coste del proyecto. Por ejemplo, de los 709 millones que se iban a destinar a la compra de 212 vehículos Pizarro, finalmente se recibirán 117 unidades por los que se pagarán –según fuentes del sector consultadas – entorno a unos 526 millones.
Los militares consultados por El Confidencial Digital muestran su disconformidad y malestar con este tipo de medidas, que según dicen “restan operatividad y capacidad económica” a las Fuerzas Armadas.
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