La ruta del destacamento de barcos de guerra de la Flota del Mar del Norte con el crucero atómico portamisiles pesado Piotr Veliki a la cabeza, cruzó el estrecho de Krasnie Vorota y el de Vilkitski hasta el Mar de Láptev. Aquí los buques realizaron disparos de artillería y de misiles balísticos y partieron hacia la base principal de la Flota del Norte: Severomorsk.

El Piotr Veliki es el buque más grande y poderoso de la Armada rusa. A bordo lleva 24 misiles crucero supersónicos Granit y también todo un arsenal de misiles balísticos, piezas de artillería y medios de lucha antisubmarina. Gracias a la fuente de energía atómica tiene una autonomía de navegación prácticamente ilimitada.

Es curioso que anteriormente ningún barco hubiera llegado a este lugar. El último caso en el que se acercó a estas aguas por propia iniciativa un barco de grandes dimensiones fue en agosto de 1942. En aquel entonces el crucero pesado alemán Almirante Sheer hundió en un combate desigual al rompehielos soviético Alexánder Sibiriakov. Después de esto ni los alemanes ni los soviéticos se volvieron a adentrar en las aguas árticas del archipiélago de Novaya Zemlia. 

Según el antiguo comandante en jefe de la Armada de guerra, el Almirante Ígor Kasatonov, no había ninguna necesidad práctica para hacerlo.

"La defensa de los intereses nacionales en esta región se solucionaba con la ayuda de expediciones de investigación científica, transporte civil y el desarrollo de las infraestructuras costeras de navegación. Ahora todo ha cambiado. Sobre todo por el deshielo de la ruta marítima del norte en las aguas territoriales rusas", dice el almirante.

El 23 de agosto del año pasado un pequeño barco de guarda fronteras rusos con apenas mil toneladas de desplazamiento partió de Murmansk y el 20 de septiembre llegó a Sajalin. Fue el primero en atravesar la ruta marítima del norte en solitario y sin rompehielos. Los participantes de la expedición relataron que durante toda la travesía casi no vieron hielo, prácticamente no quedaba nada en el Ártico. Eso significa que han mejorado las posibilidades de navegación por el norte del continente.

Para Rusia este hecho puede verse como una ventaja pero también como una desventaja. La parte positiva es que el deshielo de la zona ártica de la costa rusa hace que la navegación por el norte sea posible durante todo el año. 

La ruta marítima del norte es la vía más corta para el transporte de mercancías entre Europa y Asia. En la costa norte de Rusia se encuentran las reservas de níquel más grandes del mundo, yacimientos de gas y petróleo y en los mares que bañan la costa se han prospectado yacimientos de hidrocarburos. La parte negativa es que, debido a la inaccesibilidad de esta región, ni en la época soviética ni en la época rusa se ha cuidado la defensa de estos territorios.

Moscú ha comenzado a preocuparse de esta cuestión literalmente hace unos pocos años. En 2007 bajo la dirección del vicepresidente de la Duma, Artur Chilingarov, que supervisaba los proyectos árticos, se realizó la expedición Arktika-2007. 

El objetivo era demostrar que la cadena submarina Lomonosov que cruza la parte central de océano de hielo del norte, desde las islas de Novosibirsk hasta la isla de Elsmir, en el archipiélago ártico canadiense, es una continuación del territorio ruso. Los datos obtenidos durante la expedición, entre otros muestras del terreno del fondo del océano, en esta región fueron presentados a la comunidad internacional para resolver la cuestión de la ampliación de las aguas territoriales de Rusia.

Y aunque la cuestión no quedó resuelta, Moscú comenzó a marchas forzadas a aumentar su presencia militar en la región. El Estado Mayor tomó la decisión de crear una brigada mecanizada ártica y en el archipiélago de Novaya Zemlia se posicionaron defensas antiaéreas y cazas de intercepción MiG-31. 

Además de esto en la zona ártica se crearon bases aéreas de bombarderos estratégicos.
"El hecho más curioso en toda esta historia es que Moscú actúa en solitario", dice el profesor de la Academia de Ciencias Militares Vadím Koziulin. "La ruta marítima del norte se encuentra por entero en sus aguas territoriales. Y el deshielo que tiene lugar precisamente en la costa cercana hace prácticamente imposible las acciones en esta región de otros pretendientes a la plataforma ártica".

Sin embargo sin una presencia permanente de buques de la Armada no se puede hablar de un control real del territorio. Precisamente bajo esta clave plantea la expedición del crucero atómico el Almirante Kasatonov. 

Según él los marinos de la flota realizaron una exploración de reconocimiento, no en vano se encontraban a bordo prácticamente todos los mandos de la Flota del Norte, así como una delegación de altos oficiales del Estado Mayor de la Armada. El resultado de sus trabajos ha sido un plan de vigilancia militar permanente de buques rusos en la región.

En opinión del almirante el Piotr Veliki ha mostrado la capacidad de Rusia de defender sus intereses en la región ártica. Más aun teniendo en cuenta que últimamente se unirá a este portamisiles otro barco de la misma clase: el crucero atómico portamisiles pesado Almirante Najímov. 

Ahora mismo está pasando por una modernización a fondo en dique seco, en Severodvinsk. Una vez que finalicen los trabajos se convertirá en el buque más moderno y potente de la Flota de guerra rusa, lo que permitirá a Moscú asegurar un control y una defensa permanente de su territorio ártico.

Dmitri Litovkin
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