Militares israelíes se proponen realizar un nuevo test de las baterías antimisiles “Cúpula de hierro” en la zona de Eilat, centro turístico a orillas del mar Rojo, cerca de las fronteras con Egipto y Jordania, bombardeado hace unos días con proyectiles que supuestamente se lanzaron desde el territorio egipcio, informó hoy una portavoz del Ejército de Israel.
Las baterías “han sido trasladadas a Eilat porque se están haciendo 
los tests de la Cúpula de hierro a lo ancho del territorio israelí”, 
dijo la portavoz.
Descartó que el traslado sea consecuencia de un cambio de la 
situación operativa en esta zona, popular destino turístico para miles 
de personas de todo el mundo, entre ellas, naturales de Rusia.
Es la segunda vez que los militares israelíes llevan a Eilat sus 
modernas baterías antimisiles. La primera fue en julio pasado; hasta 
entonces, habían usado la “Cúpula de hierro" únicamente en la frontera 
con la Franja de Gaza para interceptar los misiles Qassam o Grad 
disparados desde el enclave palestino.
A día de hoy, el Ejército de Israel dispone de cuatro baterías de 
este tipo pero recibirán otras dos próximamente. En el primer año de su 
servicio, la “Cúpula de hierro” permitió abatir más de un centenar de 
proyectiles lanzados contra zonas pobladas.
Israel procedió a la creación de la “Cúpula de hierro”  tras
 la guerra en Líbano de 2006, durante la cual miles de misiles fueron 
lanzados contra su territorio. Washington proporcionó a Tel Aviv 
generosa asistencia financiera en este proyecto, con asignaciones que se
 aproximan a US$900 millones en el período de 2011-2013.
En marzo pasado, las baterías de la “Cúpula de hierro”  interceptaron
 un 80% de los 300 misiles disparados contra Israel, según los datos del
 Pentágono. Sin embargo, expertos destacan el alto costo operativo del 
sistema, en el que cada intercepción cuesta decenas de miles de dólares 
frente a centenares necesarios para desarrollar los misiles tipo Qassam.
AFP/ Menahem Kahana 







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