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© Foto: SXC.hu 
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El físico norteamericano Rob Wood ideó cómo salvar a la humanidad del calentamiento global. Es suficiente, simplemente, asevera, crear nubes de agua salada de mar para que reflejen la radiación cósmica al espacio.
Sin embargo, los expertos rusos afirman que esta iniciativa está condenada al fracaso, es peligrosa e ineficaz.
Una
 nube de agua de mar va a deshacerse sin falta en una lluvia salada, 
destruirá gran cantidad de vegetación y hará inservible para la vida el 
agua dulce de los embalses. Después de tales precipitaciones suelen 
formarse desiertos sin vida. Los adversarios de las nubes artificiales 
están convencidos de que tales tecnologías pueden convertirse en arma 
climática. Por ejemplo, es posible originar inundaciones artificiales 
que destruyan ciudades enteras. En teoría se puede realizar tal variante
 apocalíptica. En particular porque el hombre sabe ya “dirigir” el 
tiempo, pero no a escala global, puntualiza Vladímir Chuprov, directivo 
de la sección energética de Green Peace de Rusia.
—Es
 posible regular lluvias. Cuando se acercaba a Moscú una nube radiactiva
 tras la avería en la central nuclear de Chernóbyl, se la trató con 
aerosoles. Las lluvias cayeron en las provincias de Tula y de Gómel. Si 
seguimos la “pista radiactiva”, veremos que entonces, en 1986, las 
lluvias no llegaron hasta Moscú.
Pero 
en la URSS no se creaba nubes sino que se variaba artificialmente el 
trayecto de su desplazamiento. Ahora no se puede crear nubes, no hay 
tecnologías al respecto.
Incluso si los científicos 
pueden crear una nube, quedará disipada al cabo de pocas horas. Y esto 
quiere decir que no se alcanzará a salvar el planeta del calentamiento 
global. Tanto menos porque las nubes no están en condiciones de influir 
cardinalmente en la temperatura de la atmósfera de la Tierra. A guisa de
 ejemplo Vladímir Chuprov aduce la fortísima erupción del volcán 
Pinatubo en Filipinas, en 1991. En aquella ocasión se formó una nube de 
ceniza de ciento veinticinco mil kilómetros cuadrados, igual, pues, a la
 superficie de Grecia.
—El estudio de los 
volcanes muestra que ellos forman nubes artificiales que cubren 
parcialmente el planeta de la radiación y la reflejan al espacio. Peri 
su efecto es de poca duración. El Pinatubo a inicios de los años noventa
 produjo la disminución de la temperatura aproximadamente por medio año.
 Luego todo volvió a su lugar, incluso se aceleró. Esto no puede ofrecer
 un efecto duradero para cambiar el clima.
Los
 científicos occidentales han promovido más de una vez proyectos para 
crear alrededor de la Tierra una faja de lentes gigantes, “basura 
espacial” o satélites para hacer frente a la radiación solar y sombrear 
las zonas de sequía. No obstante, nadie hasta la fecha se ha decidido a 
calcularlas consecuencias de tales proyectos.
Alexandra Zajárova  /  http://spanish.ruvr.ru 







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