El 17 de junio se incorporó oficialmente a la flota rusa un
submarino nuclear multipropósito del proyecto 885 clase
Yasen.
Se suponía que la creación de estos
submarinos atómicos revolucionaría la flota sumergible soviética, pero debido a
los problemas económicos que surgieron en la década de 1990 el proyecto se
postergó.
La característica fundamental de la clase Yasen, que sigue siendo uno
de los secretos más celosamente protegidos de la industria de defensa rusa, es
su versatilidad a un nivel que no estaba presente anteriormente en sus
antecesores rusos ni en sus análogos occidentales.
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El Severodvinsk, el submarino
insignia de clase Yasen, se presentó oficialmente este pasado 17 de junio.
Cuando en 1991 concluyó el trabajo de diseño de este sumergible, marcó un hito
en la construcción de submarinos rusos.
A diferencia de Estados Unidos, donde
la flota nuclear submarina tendió hacia la uniformidad desde el primer momento,
en la Unión Soviética se crearon numerosos sumergibles conforme a proyectos
diferentes que resultaba difícil unificar y cuyas funciones a menudo se
superponían.
Esta práctica tuvo que ser
abandonada en 1977, cuando se empezaron a desarrollar los submarinos de cuarta
generación.
Se decidió renunciar a la estrecha especialización de combate: el
nuevo submarino nuclear tenía que ser igual de efectivo combatiendo objetivos
submarinos y de superficie, así como lanzando misiles de crucero contra
objetivos terrestres; en otras palabras, tenía que ser capaz de cumplir
cualquier tarea relacionada con la flota submarina.
Para conseguir este objetivo, los
constructores navales rusos echaron mano de originales soluciones de
ingeniería. Se decidió que los submarinos de la clase Yasen no utilizarían la
estructura de doble casco que todos los submarinos soviéticos tuvieron en su
época.
Sin embargo, tampoco se optó por un
submarino de un solo casco, como sus análogos norteamericanos.
Dos cascos
aseguran la fuerza y la flotabilidad de un submarino, mientras que un solo
casco equivale a invisibilidad y silencio. Yasen se ha convertido en algo a
medio camino y su estructura se ha pasado a denominar de “casco y medio”, con
un casco ligero que sólo cubre una parte del casco de presión del submarino.
Otra característica tradicional del
diseño de los submarinos soviéticos que no se ha incorporado en el submarino
clase
Yasen ha sido el alojamiento en la proa de sus tubos lanzatorpedos.
Debido a la instalación en esa parte del submarino del poderoso sistema Irtysh,
simplemente no había espacio para ellos. Como resultado, los tubos
lanzatorpedos se situaron en la parte central del submarino, en un ángulo de la
crujía de la embarcación, tomando prestada una construcción muy utilizada en
los Estados Unidos.
Granats versus Tomahawk
Fuente: Ria Novosti
El arma principal del submarino es
el misil antibuque supersónico 3M55 Oniks (Yakhont), con un alcance de hasta 350 km. Un lanzamiento múltiple de 24 de estos
misiles puede presentar un serio problema incluso para un portaaviones con un
poderoso sistema de defensa aérea.
Los submarinos de clase Yasen están
equipados con el análogo ruso del misil Tomahawk norteamericano, el Granat, que tiene un alcance de tiro de hasta 3.000 km y, al igual que
su equivalente estadounidense, puede ir equipado con una ojiva nuclear.
Además, el nuevo submarino tiene
misiles Kalibr 3M14, con un campo de tiro superior a 500 kilómetros, lo que
permite a los submarinos del proyecto 855 realizar disparos masivos de alta
precisión contra objetivos terrestres.
A través de los tubos lanzatorpedos
el submarino puede disparar misiles antibuque 3M54 Biryuza y misiles
antisubmarinos 91R, así como poner minas.
Como parte de su capacidad
autodefensiva, en el Severodvinsk se instalarán dispositivos especiales para
disparar una gran variedad de trampas y probablemente un sistema de defensa
activa antitorpedo, capaz de destruir torpedos enemigos con un antitorpedos
especial portátil.
En su libro Cold War Submarines [Submarinos
de la Guerra Fría], el analista naval estadounidense Norman Polmar terminó el
capítulo en que abordaba los últimos proyectos de submarinos atómicos
soviéticos y estadounidenses diciendo que había muchas evidencias para apoyar
la idea de que los submarinos de la cuarta generación soviéticos habían
alcanzado un nivel en muchos aspectos idéntico o superior a la de sus rivales
estadounidenses.
Los análogos norteamericanos de los
submarinos de clase Yasen son los submarinos multipropósito de las clases
Seawolf y Virginia, aunque Yasen está diseñado para una amplia gama de tareas.
He aquí cómo el experto militar ruso Ígor Korotchenko describe los desafíos a
los que se enfrenta el nuevo submarino:
“En primer lugar, seguir a los
submarinos estratégicos americanos de la clase Ohio, llevar a cabo misiones de
patrulla de combate en regiones donde la flota rusa quiera prevenir la
presencia de submarinos extranjeros.
Al mismo tiempo, los submarinos de clase
Yasen pueden lanzar misiles de crucero contra objetivos terrestres, también
durante conflictos locales en aquellas regiones donde el despliegue permanente
de tropas rusas parece imposible”.
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