
 El ejército norteamericano está estudiando cómo encajar en su 
estructura los 20.000 vehículos blindados contra minas que adquirió para
 atender sus necesidades en tiempos de guerra. La compra de estos 
vehículos fuertemente blindados resistentes a las minas y protegidos 
contra emboscadas (MRAP, en sus siglas en inglés) supuso una 
inversión de más de 38.200 millones de euros que ahora se trata de 
rentabilizar ante la inminente posguerra.
Así lo ha explicado Tony Cucolo, director de desarrollo de la fuerza para el subjefe del Estado Mayor, según recoge Defense News.
En sus declaraciones, Cucolo se muestra confiado en que “hay un futuro para los MRAP” en el Ejército,
 particularmente en unidades de ingeniería, en escalones superiores de 
la brigada y en depósitos de reserva preventiva. Pero lo más importante,
 explica, es que el Ejército está elaborando lo que el general llama 
“grupos de contingencia” de MRAP que estarían disponibles para las 
unidades que tuviesen que desplegarse cuando fuese necesario.
El coronel Marcos Barbosa, con responsabilidades en logística, apunta que unos 11.000 MRAP se
 destinarán a las brigadas de combate que forman los citados grupos de 
contingencia preposicionados en todo el mundo. Otros 7.000 de estos 
vehículos irán destinados a unidades médicas y de transporte. Alrededor 
de 2.000 de esos 7.000 se ubicarán en equipos de entrenamiento de todo 
el mundo, mientras que otros 800 serán destinados a la reserva del 
Ejército y para recambios de emergencia.
Barbosa añade que algunos de los MRAP que regresen de Afganistán
 no serán reparados por el alto coste que podría suponer y que 
determinadas variantes constan de tan pocas unidades que no tiene 
sentido logístico incorporarlos en la estructura de la fuerza. Pero 
estos últimos sí serán ofrecidos a otros servicios y agencias federales,
 donde podrán ser aprovechados.
En todo caso, el plan es “recuperar todas las unidades” conforme vayan regresando, apunta Barbosa. De momento ya hay alrededor de 3.000 MRAP que han retornado a Estados Unidos destinados en unidades específicas.
El
 ejército norteamericano también dispone de otros vehículos de los que 
preocuparse. La gama completa de 270.000 vehículos tácticos de ruedas 
con los que cuenta ha experimentado grandes cambios durante la última 
década, con decenas de miles de nuevos MRAP, M-ATV Stryker y Humvee blindados que el Ejército va a necesitar recolocar en una renovada estructura de la fuerza.
Sin embargo, también se necesitará un nuevo vehículo. “Sabemos que el Humvee ya no es factible para el combate”, explica Cucolo. Tanto el Ejército como el Cuerpo de Marines han abandonado en los presupuestos de este año cualquier programa importante de actualización de sus Humvee, a favor del desarrollo de vehículos tácticos ligeros (JLTV, en sus siglas en inglés).
Oficiales del Ejército destacan que el Humvee todavía
 tiene tras Afganistán un futuro en operaciones de seguridad nacional y 
logística, pero este vehículo, que nunca fue construido realmente para 
el combate, no volverá a ver un campo de batalla.
Foto: Ginés Soriano / Infodefensa
infodefensa.com 






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