Se espera que las pruebas estatales conjuntas o las pruebas
militares de uso de los nuevos aparatos de ataque comiencen en 2017.
Según el viceministro de defensa Yuri Borisov, ya se han terminado los
trabajos científicos de investigación del proyecto.
Los vehículos no
tripulados de ataque podrán en un futuro resolver tareas estratégicas ya
que son difíciles de detectar y tendrán una mayor fuerza de combate que
los vehículos tripulados.
Actualmente
en el mundo se fabrican más de 600 tipos de vehículos aéreos no tripulados. De
ellos solo 25 se hacen en Rusia. Hace 20 años Moscú era el líder indiscutible
en la fabricación de este tipo de tecnología. Tan solo del avión de
reconocimiento Tu-143 se fabricaron 950 unidades en los años 80. Después el
Ministerio de Defensa detuvo la fabricación de drones: el departamento no tenía
medios, ni existían las condiciones para hacer un pedido de ese tipo de
tecnología.
Fueron los
estadounidenses los que obligaron a los militares rusos a volver a los
vehículos aéreos no tripulados. Las exitosas operaciones con ayuda de
tecnología no tripulada en Afganistán y Pakistán demostraron que las guerras
del futuro no serían imaginables sin este tipo de tecnología.
Otra razón es que
en la preparación de un piloto de combate se invierten muchos años y millones
de dólares. Es mucho más rápido hacer un aparato no tripulado que preparar
personal. Además de todo esto los drones minimizan las pérdidas humanas. Los
operadores que los dirigen se encuentran en la retaguardia de su propio
ejército y nunca sufren bajas durante el conflicto militar.
Otro impulso
para el crecimiento de los aparatos no tripulados rusos fue la guerra de
2008 en Osetia del Sur. La utilización por parte de Georgia
de drones del ejército israelí hizo que el Ministerio de Defensa de Rusia
llegara a la conclusión de que no podía entrar en el nuevo siglo sin este tipo
de tecnología.
Ascenso vertical
Ese mismo
año se anunció la primera licitación para su desarrollo. Diferentes colectivos
de constructores se hicieron con las licitaciones. La oficina de
construcción Yakovlev presentó el proyecto de vehículo no tripulado
de ataque Skad. En su aspecto y
características resultaba muy parecido al estadounidense X-47.
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Su peso de
despegue máximo debería ser de 10 toneladas.
La distancia de 4.000
kilómetros. La velocidad de vuelo de por lo menos 800 kilómetros por hora.
Podrá transportar dos misiles aire-tierra/ anti-radar o dos bombas corregibles
con un peso total de hasta una tonelada. Al día de hoy no se sabe nada de este
modelo de aparato no tripulado.
El segundo
ganador fue la oficina de construcción de pruebas Sujói con el proyecto X-40. Las
informaciones sobre este dron son muy escasas. Lo más probable es que herede en
su construcción los rasgos de los famosos cazas de la marca Su y se convierta
en el prototipo de los cazas de sexta generación. Así lo insinuó Yuri Borisov
cuando dijo que el futuro aparato de ataque se creará sobre la base de la
tecnología de los cazas de quinta generación T-50.
En el T-50
se ha hecho realidad la principal exigencia de los cazas modernos, un alto
nivel material inteligente a bordo: una enorme cantidad de sensores por todo el
fuselaje y las alas del aparato, capaces de analizar de forma independiente la
información de vuelo e introducir correcciones en las tareas de vuelo del caza.
El aparato es capaz de realizar vuelos sin la participación humana en alturas
extremadamente bajas con un relieve accidentado, detectar y clasificar
objetivos en agua, mar o tierra.
Un precio de
altos vuelos
El mercado
de la tecnología voladora no tripulada hoy en día está viviendo un auténtico
boom.
Los principales estados aeronáuticos están dispuestos a invertir en el
mismo casi 55.000 millones de dólares (de los cuales 16.000 de ellos se dedican
directamente a la compra de aparatos).
A mediados
de febrero de 2014 el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, declaró que el
departamento militar se dispone a gastar hasta 2020 en el programa de
equipamiento de las fuerzas armadas 320.000 millones de rublos (9.200 millones
de dólares) en vehículos aéreos no tripulados.
No queda
claro en qué aparatos en concreto se gastará ese dinero. Las últimas muestras
de vehículos no tripulados de ataque se han dividido en dos secciones: una
abierta donde se mostraban aparatos de patrulla táctica y operativo táctica,
que a menudo se fabrican bajo licencia o sobre la base de componentes
importados. Se trata , por norma, de aparatos no tripulados de doble
designación. Y otra cerrada donde los representantes del Ministerio podían ver
los aparatos voladores estratégicos.
En una de
estas muestras, según comenta una fuente de RBTH cercana al ministerio de
Defensa, se mostró al ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, un aparato
estratégico con baterías solares. Sus dimensiones era tan grandes que no se
pudo llevar el dron a la muestra y Shoigú lo tuvo que ver por televisión.
El
secretismo de la muestra, en opinión de los expertos, sería prueba de que Rusia
tiene modelos tecnológicos de los que no quiere hablar públicamente. Más aún
cuando el principal valor de los drones no son sus formas aerodinámicas sino el
contenido de los programas de navegación.
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