Los organizadores de la décima conferencia internacional de defensa
antimisiles que tendrá lugar entre el 17 y el 20 de junio en Mainz
(Alemania) han declinado la solicitud de participación de los
representantes rusos. La interrupción del diálogo sobre la defensa
antimisiles puede provocar un detrimento de la estabilidad
internacional.
"Este paso se inscribe dentro de la
línea general de reducción del diálogo con Rusia en las cuestiones de defensa
antimisiles que está llevando a cabo últimamente EE UU y sus aliados de la
OTAN, afirma el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia.
En el ministerio indican que los organizadores
de la conferencia se remitieron a "las complicaciones que han surgido
recientemente" que no permiten crear las "condiciones apropiadas para
la recepción de los invitados rusos".
Sin embargo, la causa real del rechazo de la
solicitud rusa ha sido más probablemente la vuelta de Rusia a Crimea, condenada por los países de Occidente donde la consideran una
"anexión". EE UU y los países de Europa introdujeron sanciones y
redujeron de forma drástica la colaboración tecnológica y militar con Rusia.
En
una situación como esta hay pocas esperanzas de que continúe el diálogo sobre
el escudo antimisiles.
En una declaración del Ministerio de Asuntos
Exteriores se dice que "hemos propuesto en más de una ocasión a nuestros
colegas extranjeros reiniciar el trabajo conjunto para luchar contra los
posibles retos y amenazas relacionados con los misiles".
“Estas propuestas siguen en vigor, sin embargo
difícilmente lleguen a hacerse realidad cuando la realidad es que una de las
partes se niega completamente a negociar. La situación actual no hace sino
reforzar nuestra opinión sobre el verdadero objetivo del potencial antimisiles
creado por los EEUU y sus aliados", dicen desde el Ministerio.
El callejón sin salida de los antimisiles
La afirmación de Washington de que el escudo
antimisiles en Europa está destinado a defender a la región de un ataque de
misiles por parte de Irán o Corea del Norte es poco creíble.
Los misiles norcoreanos no están en
condiciones de superar los miles de kilómetros que la separan de Europa. Más
aun sabiendo que el régimen norcoreano no tiene ni ha tenido enemigos en
Europa. La situación es muy parecida en cuanto a la amenaza iraní. El escudo
antimisiles que está desplegando Washington en Europa no está destinado en
realidad contra Teherán o Pionyang sino contra Moscú. Esa afirmación resuena en
el comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia.
Moscú le ha ofrecido repetidamente a sus
colegas extranjeros reanudar la colaboración en la esfera de la defensa
antimisiles frente a la intranquilidad manifestada por los EE UU y la OTAN en
cuanto a las amenazas de misiles por parte de Irán y Corea del Norte.
En octubre de 2013 después de la sesión del
Consejo Rusia-OTAN de ministros de Defensa, el titular ruso, Serguéi Shoigú,
declaró que no se puede realizar un trabajo conjunto con Occidente sobre el
escudo antimisiles porque Occidente no tiene en consideración las
preocupaciones rusas. "No nos basta con la predictibilidad de los planes
estadounidenses y de la OTAN sobre el escudo antimisiles", señaló Shoigu.
Sarmat e Iskanders frente a Aegis
En Rumanía, en la base de Devesel, ya ha
comenzado la construcción de la base del escudo antimisiles con sistema Aegis y
misiles de interceptación SM-3. La puesta en marcha del sistema está prevista
para 2015.
En 2017 debería haber una base similar, con
sistemas Aegis, en Polonia, en la población de Redzikowo.
Además, en la base
del puerto español de Rota
ya han llegado barcos estadounidenses con sistema Aegis y antimisiles SM-3.
Actualmente se encuentran allí de forma permanente y de vez en cuando van al
Mar Negro.
EE UU ha enviado a Rumanía y Polonia aviones
de alerta temprana y control aerotransportado AWACS. Todo esto no puede más que
provocar la intranquilidad de Moscú y obligarle a tomar medidas de respuesta
que compensen la influencia negativa del escudo antimisiles sobre la seguridad
rusa.
Una de las posibles respuestas de Rusia ante
el despliegue del escudo antimisiles es el despliegue en el territorio de
Kaliningrado de complejos operativo-tácticos Iskander-M. Sus misiles tienen una distancia de vuelo de
480 kilómetros y puede alcanzar la base estadounidense en Redzikowo. Es más se
trata de un arma de alta precisión que no es detectable por ningún tipo de
sistema antimisiles ni de defensa antiaérea, ya que el misil vuela con una
trayectoria impredecible.
Otra medida de contención sería la
construcción, por parte de Rusia, del nuevo misil estratégico de líquido
superpesado Sarmat que debería entrar en el ejército en 2018. El misil podrá
portar decenas de bloques nucleares. Puede atacar objetivos no solo a través
del Polo Norte sino a través del Polo Sur.
Y si se despliega en Siberia el
misil resultaría inalcanzable para los sistemas antimisiles. Ni siquiera para
los sistemas Aegis con antimisiles SM-3 de tierra o mar.
Es decir que la negativa al diálogo con Rusia
en cuestiones de defensa antimisiles augura un aumentó en la confrontación al
tiempo que no mejora en nada la seguridad europea.
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