Construcción del primer taller de la
 planta de automóviles de Gorki.                                      
Fuente:Ria Novosti 
La Segunda Guerra Mundial fue 
la etapa más importante en la consolidación de la construcción 
aeronáutica rusa. Como resultado de la evacuación a gran escala de las 
industrias del centro del país, que podían ser objetivo de una invasión 
de las tropas alemanas y de los ataques aéreos, aparecieron fábricas de 
producción aeronáutica en lugares donde nunca las había habido. 
                        
Samara
 formó parte de las nuevas industrias de aviación. Actualmente es una de
 las fábricas de construcción aeronáutica más importantes de Rusia. Sin 
embargo, todo empezó en el año 1941 cuando en el lugar de los talleres 
de montaje y hangares actuales, se  extendía la estepa quemada por el 
sol de las tierras de la región del Volga.
La
 fábrica de aviación de Vorónezh, construida en el año 1932, fue la 
predecesora de la fábrica de Samara. Hasta 1941 sus cadenas de montaje 
produjeron  centenares de aviones de asalto Il-2, los célebres “tanques 
voladores”. El inicio de la guerra obligó a intensificar la producción 
de aviones y para otoño de 1941 la empresa fabricaba 15 aviones de 
asalto a diario.
Fuente:TASS
Sin
 embargo, pronto se hizo evidente que Vorónezh no era el lugar más 
seguro para la fabricación de una producción tan importante para el 
frente. El 1 de octubre la Vehrmacht se acercó hasta Járkov, a tan solo a
 250 km de Vorónezh. El gobierno tomó la decisión de evacuar 
urgentemente la fábrica hacia el interior del país.
Se
 eligió la ciudad de Kúibushev, la actual Samara, para el emplazamiento 
temporal de la maquinaria y de los talleres. Allí ya había una 
plataforma para la construcción de una fábrica de aviación similar. El 
montaje acelerado de las instalaciones se realizó utilizando trabajo 
forzado. En diciembre la fábrica empezó a lanzar la primera producción.
Se
 conservó la especialización en la producción de aviones Il-2. En los 
primeros tiempos se producía un avión al día. Para los dirigentes del 
país este ritmo de producción era un fracaso y Stalin cargó sobre los 
dirigentes de la fábrica la responsabilidad de conseguir unos 
indicadores mejores. Como resultado, al cabo de unos meses la producción
 de Il-2 se multiplicó.
Durante
 los años de la guerra las fábricas soviéticas llegaron a poner en 
circulación más de 36.000 unidades, proporcionando al “tanque volador” 
la fama de ser el avión militar de la historia producido más en serie. 
El 75% de esta cantidad de aviones se produjo en las instalaciones de 
Kúibushev.
Tras
 la guerra se enfrentó a un reto estratégico: la creación de aviación 
estratégica capaz de transportar armamento nuclear y lanzar ataques.La 
base de estas aeronaves fueron los aviones de la familia Tubólev. En 
1949 sacaron el primero, el Tu-4, creado a imagen y semejanza del B-29 
norteamericano que había lanzado las bombas nucleares en Hiroshima y 
Nagasaki. Fue este avión el que se utilizó en 1954 para el primer ensayo
 nuclear soviético en condiciones de campaña.
En
 los años 1950-1970 los constructores aeronáuticos de Kúibushev 
perfeccionaron los aviones militares de la familia Tu. El nuevo modelo 
fue el TU-95. Este avión y sus posteriores modificaciones fueron durante
 decenios la base de la aviación estratégica de las fuerzas armadas de 
la Unión Soviética. 
La estructura de Tu-95 resultó ser tan universal que
 a partir de ella fue posible producir también aviones civiles. El avión
 de pasajeros Tu-114,  único por el hecho de que durante más de 20 años 
de explotación no ha tenido ningún accidente, era una versión adaptada 
de ese mismo Tu-95.
Bombardero estratégico Tu-95 Oso, fotografiado desde un 
caza Phantom F4D de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. Fuente: Ria 
Novosti/USAF
No
 había ninguna duda de su funcionamiento seguro. En 1959 una delegación 
soviética encabezada por Nikita Jrushov voló a Washington en una 
aeronave Tu-114 que todavía no había sido probada.
En
 Kúibushev desde 1968 se producían Tu-154 en serie. Casi todos los 
aviones de este tipo, que durante 30 años fueron la base del parque de 
aviación de pasajeros de la Unión Soviética y de Rusia, salieron de la 
cadena de producción de esta fábrica.
Actualmente,
 tras los años de crisis de los 1990, la empresa está pasando por un 
periodo de recuperación. El proyecto piloto de la fábrica de la hoy 
ciudad de Samara es el avión An-140, que en un futuro tiene que ser la 
base de la aviación de transporte militar de Rusia.
En
 2014 se planteó la tarea de producir en Samara el modelo Il-114 que 
debería convertirse en el principal tipo de avión para prestar servicio a
 las aerolíneas locales. No se han superado todavía todos los factores 
de la crisis: hay mucho que reconstruir e incluso construir desde cero. 
Sin embargo, la fábrica funciona y conserva sus ricas tradiciones.









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