Como informamos en
febrero, el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal
Montoro, afirmó en comparecencia parlamentaria que el Gobierno
encargaría un buque a Navantia con cargo al Ministerio de Industria. A
fecha de hoy dicho encargo no se ha concretado en nada y parece
responder a intereses electoralistas, ya que no se conoce ni el tipo de
buques, ni la cuantía y ni tan siquiera el cliente final.
Noticias recientes han mencionado que el
contrato estaría valorado en 300-350 millones de euros y que podría
concretarse en un buque del tipo LHD (Landing Helicopter Dock) como el
Buque de Proyección Estratégica de la Armada o dos BAM o Buques de
Acción Marítima también en servicio en la Armada.
Según expertos del sector, con las cifras planteadas sería posible construir hasta tres unidades del Buque de Acción Marítima dependiendo de la configuración pero sería escaso el presupuesto si la opción fuera un LHD. Sin embargo, sí existe la posibilidad de que dicho importe no corresponda al total del contrato sino solo a un primer tramo, pudiendo dotarse más presupuesto en siguientes ejercicios.
En cualquier caso, lo cierto es que no existe confirmación sobre si el cliente final es la Armada española o un comprador internacional. La opción de intentar venderlos en el exterior y que se los quedara la Armada si no pudieran venderse no parece lógica. Esto supondría que la Armada se quedara con un buque en cuyo diseño o especificaciones no habría tomado parte y que los intereses comerciales estarían por delante de cualquier necesidad de las Fuerzas Armadas españolas.
Otra cuestión es que el buque se diseñe según las especificaciones de la Armada y que sea esta el cliente final y que mientras tanto se ofrezca a clientes internacionales con los mismos sistemas o parecidos.
Según expertos del sector, con las cifras planteadas sería posible construir hasta tres unidades del Buque de Acción Marítima dependiendo de la configuración pero sería escaso el presupuesto si la opción fuera un LHD. Sin embargo, sí existe la posibilidad de que dicho importe no corresponda al total del contrato sino solo a un primer tramo, pudiendo dotarse más presupuesto en siguientes ejercicios.
En cualquier caso, lo cierto es que no existe confirmación sobre si el cliente final es la Armada española o un comprador internacional. La opción de intentar venderlos en el exterior y que se los quedara la Armada si no pudieran venderse no parece lógica. Esto supondría que la Armada se quedara con un buque en cuyo diseño o especificaciones no habría tomado parte y que los intereses comerciales estarían por delante de cualquier necesidad de las Fuerzas Armadas españolas.
Otra cuestión es que el buque se diseñe según las especificaciones de la Armada y que sea esta el cliente final y que mientras tanto se ofrezca a clientes internacionales con los mismos sistemas o parecidos.
En estos momentos Navantia está
participando en diversos programas internacionales tanto con los LHD
como con las BAM pero por otra parte la Armada contempla en sus planes
de futuro adquirir un segundo LHD y una segunda serie de buques del tipo
BAM que incluirían versiones especializadas que van desde el apoyo a
buceadores, la recolección de inteligencia o las actividades
hidrográficas, tareas que desempeñan en este momento embarcaciones
entradas en años.
En cualquier caso esperamos que la proximidad de las elecciones europeas del 25 de mayo sirva para aclarar el panorama.
En cualquier caso esperamos que la proximidad de las elecciones europeas del 25 de mayo sirva para aclarar el panorama.
(J.N.G.)
defensa.com
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