La Armada estadounidense ha estado desarrollando dos prototipos de cañones electromagnéticos `railgun´ desde hace varios años, con participación de las empresas BAE Systems y General Atomics.
El `railgun´utiliza la fuerza electromagnética para impulsar proyectiles a gran velocidad; genera una energía de 32 megajulios, equivalente a la energía cinética de un objeto de 32 Tm moviéndose a una velocidad de 160 km/h.
Con esta energía un proyectil de 10,5 kg puede alcanzar una velocidad inicial de Mach 7 (más de 8.500 km por hora) y un alcance superior a los 160 km. El coste de este proyectil es de unos 25.000 dólares, la centésima parte del coste de los sistemas de misiles actuales.
La Armada desplegará prototipos del cañón electromagnético `railgun´ en el buque conjunto de alta velocidad (JHSV) Millinocket
este verano y realizarán pruebas de fuego real desde el buque, cargando
el cañón manualmente en 2016. Dos años después se prevé que se realicen
pruebas de fuego con un sistema de carga automática lo que, según el jefe de investigación naval, contraalmirante Matthew Klunder, proporcionará “una capacidad de disuasión increíble”.
(JHSV) Millinocket
Los proyectiles inertes, sin cabeza de guerra explosiva, podrán utilizarse en cualquier tipo de misión, incluyendo misiones de defensa antiáerea y contra misiles balísticos.
La ventaja, además del coste, es que los buques pueden llevar cientos
de estos proyectiles sin el peligro de que se produzcan explosiones,
tanto por impacto de misiles o por incendio, como ha sucedido con proyectiles clásicos que llevan explosivo en la cabeza de guerra y necesitan cargas propulsores para su lanzamiento. También el Ejército, tras ver el rendimiento en acción de este sistema, ha mostrado interés en su tecnología para la defensa contra misiles desde tierra.
Hasta la fecha, según el contraalmirante Bryant Fuller,
del Mando de Sistemas Navales y Marítimos, se han disparado cientos de
proyectiles y la tecnología del cañón electromagnético `railgun´ está lo
suficiente madura para hacer pruebas en el mar.
El cañón demostrador no se integrará en el buque de pruebas, habiendo elegido un buque JHSV,
que no es un buque de ataque, sino de transporte, y en el cual se
pueden realizar más fácilmente las pruebas ya que por su capacidad de
carga y por su gran cubierta plana, puede soportar el peso del cañón y
no exigirá que se realicen grandes modificaciones en su diseño.
La fase 2 del programa va a comenzar y en la misma el prototipo fabricado por BAE Systems incorporará los sistemas de carga automática y de control del calor, lo que permitirá pasar de un sistema de fuego manual e individual a un sistema de disparos múltiples y automáticos.
Julio Garulo
http://www.onemagazine.es
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