Nuestra
 ultima visita a la Base Naval de La Unión, en El Salavador, tuvo sus 
problemas y malentendidos. Al parecer, lo publicado respecto a que las 
naves estaban en un estado bastante precario no sería procesado 
adecuadamente por la Oficina de Política de Defensa, quien  tramitó la 
autorización correspondiente de las mismas. Al parecer, esa misma 
oficina levantaría la alarma por lo expuesto en defensa.com no para 
conseguir fondos para remediar la situación y reparar los navíos, sino 
para bloquear nuestro trabajo.
Esa
 misma oficina de Política de Defensa negaría tener participación en la 
autorización de las visitas, aun cuando existe documento que lo 
comprueba. Una de las quejas, al parecer, es cómo un civil tendría 
conocimiento de la denominación de las naves (¿?). Pero la mayor 
objeción a los dicho es la aserción que varios de los navíos se 
encuentran en malas condiciones, lo que califican como un detalle de 
seguridad nacional, al empañar el imagen de la institución (¿?).
Los
 detalles del malentendido nunca fueron directamente, ni oficialmente 
proporcionados, sino que recogidos por parte de un tercero durante una 
exhibición pública. Aparentemente, no se deben publicar las deficiencias
 de la institución, por muy cierto que lo sean, pues solo cabe lo 
positivo. 

Vale
 indicar que no se necesita un genio para darse cuenta que los 
principales navíos de la FN ES, aquellos denominados hoy PM6, PM7 y PM8,
 tienen unos 40 años de servicio, siendo remozados entre 1985 y 1986. 
Los patrulleros GC10 y GC11, hoy PM10 y 11, arribarían entre 1984 y 1985
 y sus cascos tienen 28 años de uso. La patrullera PM12 trata de una 
donación hecha por los EEUU en el 2001. Este navío trata del antiguo 
USCG Point Stuart construido en 1967, o sea ya con 45 años de servicio. 
Este navío arribó con 4 unidades de salvamento, también de los excesos 
del USCG, y con la misma cantidad de servicio activo. Todas estas son 
naves que requieren particular cuidado, pues varios de sus sistemas ya 
caducaron su vida útil. Una simple y rápida observación a los cascos 
revelaba que había moho y oxido en algunos de ellos. En otros se podía 
ver su casco en color metal en el área de la línea de agua. Todos los 
que estamos un poco familiarizados con estos materiales sabemos lo que 
significa. Aun el editor de Jane’s Fighting Ships estaría de acuerdo al 
examinar las fotografías que las naves necesitan de atención y 
mantenimiento. Todos aquellos que leemos un poco, sabemos que ninguno de
 estos patrulleros es equipo de punta tecnológica, y sabemos sus 
denominaciones y características. Nada de secreto en ello. Quizás, si 
tan solo a los alarmantes se les dieran algunas clases de lectura y 
exposición fuera de sus oficinas para darles una idea del mundo 
alrededor de ellos. (JMAH)

 
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