Estados Unidos ya no contará con su estatus de superpotencia en 2030. Es la predicción a la que llega un informe del Consejo Nacional de Inteligencia de Estados Unidos que también vaticina que en ese momento ningún país, incluido China,
tomará el relevo como poder hegemónico. El poder pasará en ese momento a
“redes y coaliciones en un mundo multipolar” explica el estudio.
El trabajo, denominado Tendencias Mundiales 2030
ha sido elaborado por este consejo creado en 1979 para asesorar al
director Nacional de Inteligencia estadounidense. Se trata del centro de
la comunidad de inteligencia para los análisis estratégicos a largo
plazo. Sus miembros proceden del Gobierno, el mundo académico y el sector privado.
Textualmente, el trabajo, recogido por Defense News,
apunta que el mundo “en el año 2030 será radicalmente distinto a como
lo es actualmente”, y, concluye que en ese momento “ningún país –ni Estados Unidos, ni China, ni ningún otro- será una potencia hegemónica”.
El
trabajo también señala que el acaparamiento de poder por parte de
individuos y una dispersión del poder entre los Estados –y desde los
Estados- hacia redes informales tendrá un “impacto dramático”.
El informe vaticina que esta evolución revertirá el largo proceso de crecimiento histórico de Occidente que tiene lugar desde 1750, “restaurando el peso de Asia en la economía mundial y marcando el comienzo de una nueva era de democratización en el plano doméstico e internacional”.
También
prevé un rápido envejecimiento de la población mundial junto con una
creciente demanda de recursos, lo que podría contribuir a la escasez de
alimentos y agua.
El Consejo Nacional de Inteligencia
incluye en el estudio una evaluación de posibles escenarios en las
próximas dos décadas, desde el mejor de los casos previsibles hasta el
peor.
Para el peor escenario se prevé un aumento de los conflictos interestatales y un repliegue de EE UU hacia sí mismo.
En el mejor caso previsto, China y EE UU colaborarían en una amplia cantidad de asuntos, y dando lugar a una mayor cooperación global.
Durante
los cinco últimos años, la crisis ha incidido en la extensión de los
recortes militares entre los países occidentales. A la vez, otros países
emergentes, entre los que se encuentra China,
continúan aumentando sus gastos armamentísticos, lo que está variando la
balanza del poder militar, aunque de manera aún poco significativa.
Infodefensa.com
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