Francia
 y Reino Unido están trasladando modernos equipos bélicos al este del 
Mediterráneo mientras la comunidad internacional sigue pendiente de una 
posible intervención militar en Siria tras las denuncias de un ataque 
químico con centenares de víctimas en las afueras de Damasco.
Los mandos de la Armada francesa decidieron enviar hacia las costas 
de Siria su moderna fragata antiaérea Chevalier Paul, emplazada en 
Tolón, informó hoy la revista Point que cita fuentes propias.
El Ministerio de Defensa galo rehusó comentar el traslado, limitándose a decir que son “actividades habituales”.
Por su parte, Reino Unido trasladó esta mañana seis cazas Typhoon a 
la base de Akrotiti, en Chipre. “Podemos confirmar que es parte de los 
actuales planes de contingencia”, dijo un portavoz de la Real Fuerza 
Aérea.
El Ministerio de Defensa, entretanto, matizó que se trata de “una precaución”, no de los preparativos para un ataque.
“No se están desplegando (en Chipre) para participar en una acción militar contra Siria”, según este departamento.
EEUU mantiene en el este del Mediterráneo un grupo de cuatro 
destructores dotados de misiles Tomahawk (Gravely, Barry, Mahan y 
Ramage). En la misma zona permanecen el buque de asalto anfibio Bulwark,
 la insignia de la Armada británica, y un submarino de la clase 
Trafalgar con misiles Tomahawk, también enviado por Reino Unido.
En el Adriático están las fragatas Montrose y Westminster más el portahelicópteros Illustrious, todos británicos.
En el Golfo Pérsico hay varios portaviones estadounidenses, con 
Nimitz a la cabeza. Un grupo similar, encabezado por el portaviones 
Harry S. Truman, así como buques de asalto anfibio San Antonio y 
Kearsarge, están emplazados en el mar Rojo.
Mientras, el mundo está pendiente de una posible intervención militar
 en Siria. Varias naciones occidentales y árabes urgieron a usar la 
fuerza después de que la oposición responsabilizó al régimen de Bashar 
Asad de un ataque químico que habría causado hasta 1.300 muertos en un suburbio del este de Damasco.
El Gobierno de Siria rechazó esta acusación y culpó los rebeldes que,
 según Damasco, buscan provocar así una invasión.  Un grupo de expertos 
de la ONU que se encuentra estos días en Siria investiga las denuncias y
 recoge muestras sobre el terreno.
Dos de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la 
ONU, China y Rusia, reiteraron su rechazo a una intervención militar en 
Siria. Por su parte, Reino Unido instó al Consejo a autorizar las 
“medidas necesarias para proteger a civiles”.
© REUTERS/ Stringer
http://sp.rian.ru







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