Los éxitos de la industria militar de la República Popular China muy a menudo crean la euforia entre los comentaristas chinos. Si tomamos en cuenta los foros chinos de internet, puede surgir la impresión de que China hace ya tiempo que superó en el campo de las tecnologías militares a Rusia y Europa, y le queda solo un pequeño salto para alcanzar a EEUU.
La
 realidad, como norma, es siempre mucho más compleja, hay algunos campos
 donde el retraso con respecto a Rusia y Europa se mantiene. Sin 
embargo, en la rama de la aviación no pilotada, los drones, China ha pasado a Rusia en varios años y solo cede un poco a los más avanzados logros norteamericanos.
Los
 medios de comunicación rusos, remitiéndose a fuentes del complejo 
militar industrial informaron que el primer ejemplar de prueba de un drone ruso de combate, con peso de despegue de veinte toneladas, saldrá para el año 2018, el prototipo del drone
 más ligero, de peso cinco toneladas, entre los años 2015 y 2016. 
Conviene considerar que se está hablando de planes, los cuales, cuando 
se trata de proyectos tan extraordinariamente complejos, cambian muy a 
menudo, tanto en Rusia como en Occidente.
Sin
 embargo, incluso si estos planes se llegan a realizar por completo, eso
 significaría un atraso con respecto a China de cuatro a cinco años en 
el campo de la aviación no pilotada. Se sabe que el prototipo chino del drone de
 combate pesado Lijian con una baja posibilidad de ser detectado por los
 radares ya apareció a principios del año 2013 y está pasando pruebas 
intensivas. Este no es el único drone chino con baja 
posibilidad de ser detectado por los radares, los chinos ya han creado 
un aparato similar al modelo norteamericano RQ-170 Sentinel.
Además, ya en los años 2011-2012, China comenzó la producción en serie del drone
 súper ligero de ataque Ilun, con un peso de mil doscientos kilogramos. 
Por sus posibilidades recuerda al norteamericano Predator. Actualmente, 
este aparato ya se ha vendido en varios países, incluyendo uno de Asia 
Central. Para el Ilun se han desarrollado una gran cantidad de tipos de 
armas, incluyendo misiles guiados por láser y bombas pequeñas con 
trayectoria corregida. En cambio, Rusia no tiene ni una sola producción 
en serie de algún tipo de drone que pueda llevar armas.
El
 atraso ruso es provocado tanto por causas objetivas como con errores de
 planificación en los programas propios. La tecnología de la producción 
de aviones no pilotados comenzó a adquirir la predominancia actual en la
 década de los noventa y principios del 2000, precisamente el período 
más difícil para la economía rusa y la industria militar, cuando 
trataban más de sobrevivir que de desarrollarse. Después, cuando los 
medios aparecieron, toda la atención se centró en los sistemas 
electrónicos de los drones a costa de otros sistemas. De esta manera, se perdió tiempo.
Rusia puede basar el desarrollo de los drones
 en su inmensa experiencia de diseño y construcción de los aviones 
pilotados. Pero en Rusia por ahora no hay desarrollada una producción de
 motores de combustión interna para la aviación con los parámetros 
necesarios para los drones ligeros, tampoco se producen muchos 
tipos de materiales y equipamiento especializado.
Parcialmente, este 
problema se está tratando de resolver con la cooperación con Israel y 
los países occidentales europeos, pero esta colaboración depende 
fuertemente de la posición política de EEUU. A medida de que el mercado 
mundial de aviones no pilotados sigue creciendo, China tendrá la 
posibilidad de fortalecerse en él y no temer la concurrencia rusa en 
este campo.
Foto: EPA 










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