Los problemas de diseño que está sufriendo el submarino S-80 de Navantia pueden
tener consecuencias más allá de los retrasos en su desarrollo.
Hasta el
momento, sólo se ha hecho entrega de una de las cuatro unidades
previstas y ésta ya ha sido rechazada por sus problemas de peso. Como
corregirlos podría suponer unos costes adicionales inasumibles, la situación puede terminar arreglándose mediante modificaciones en el contrato inicial, pasando a estipular la compra de tres unidades en vez de cuatro.
El sobrecoste que Defensa se
niega a pagar asciende a 400 millones de euros (2.200 millones frente a
los 1.800 inicialmente presupuestados). Si se acuerda que sólo se
adquieran tres unidades pero se dejan los 1.800 millones que en
principio se deberían haber pagado por cuatro submarinos,
se podría llegar a un acuerdo.
En tal caso, cada submarino saldría por
más de 700 millones, en vez de por 550 millones de euros.Aunque
muchos militares creen que esta opción no solucionaría nada, ya que no
supondría un ahorro, cancelar parcialmente los pedidos viene siendo una
práctica habitual por parte del Ministerio de Defensa para reducir la cantidad de créditos que le concede Industria.
Es por esto que, sólo en el último año, se ha prescindido de 14 aviones Eurofighter, 73 vehículos blindados Pizarro, 23 helicópteros NH90, 14 aviones A400M. En estos momentos, Defensa debe 29.000 millones de euros en créditos del Ministerio de Industria -1.800 millones de media al año-.
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