El caos y la bancarrota en que se encuentra Ucrania,
país que heredó de la URSS una poderosa industria militar, pone en
peligro el régimen de la proliferación de tecnología de misiles
balísticos.
En 1991, el año en que se desintegró la URSS, Ucrania heredó de la
Unión Soviética una poderosa industria militar, incluyendo la producción
y la tecnología de misiles y cohetes espaciales. Y una verdadera joya
de esta corona ha sido la Oficina de Diseño Yuzhnoye Yanguel, con su
sede central en Dnepropetrovsk, una importante factoría proyectista de
misiles balísticos intercontinentales.
R-36M2 Voyevoda
Por ejemplo, esta fue la oficina que diseñó el misil intercontinental R-36M2 Voyevoda ,
hasta ahora el misil más grande de la Fuerza de Misiles Estratégicos de
Rusia. Hasta que el temible Voyevoda no sea reemplazado por completo
por nuevos misiles rusos Topol Yars y otros , los expertos de esta empresa llevan a cabo su supervisión y prorrogan su vida útil, recuerda el rotativo ' Nezavisimaya Gazeta '.
Su producción se detuvo hace tiempo, pero la documentación referente
a esta arma se encuentra todavía en la empresa de Dnepropetrovsk, al
igual que la documentación del otro misil intercontinental: el RT-23 Molodets ,
diseñado para su instalación en trenes. En cumplimiento del tratado de
reducción de armas estratégicas ofensivas START-2 estos últimos fueron
retirados y destruidos en los años 90 del pasado siglo.
Mientras tanto, siguiendo las indicaciones del Gobierno actual
ucraniano, el 29 de marzo el director del consorcio
nacional Ukroboronprom de productores de armas, Yuri Teréshchenko,
anunció el final de cualquier tipo de contacto con la industria militar
rusa.
Yars
Sin embargo, tanto la Oficina de Diseño Yuzhnoye como otras grandes
empresas de este sector del país dependen totalmente de los pedidos
rusos, hecho que les condenará a la bancarrota o a la búsqueda de otros
clientes extranjeros.
Y los países que más interesados estarían en las
tecnologías de este tipo serían Israel, China, India y Pakistán, es
decir, los Estados que disponen de municiones nucleares pero no están 'a
la altura' en cuanto a misiles portadores.
Los 'clientes' más probables
Quizá por ello Israel hace la
vista gorda ante el antisemitismo de algunos de los actuales miembros
ultras del Gobierno interino de Ucrania o ante el indisimulado nazismo
del Sector Derecho, la fuerza principal de la revolución ucraniana.
Pese
a reaccionar de manera muy vehemente a las manifestaciones de neonazis
en Europa, los líderes israelíes no han prestado aún atención al ataque contra un rabino de Kiev ,
que fue golpeado, apuñalado e insultado por unos desconocidos, ni a
actos semejantes y declaraciones de neonazis ucranianos.
Al parecer,
Israel tiene un gran interés en Ucrania, y el único recurso realmente
interesante de este país son sus tecnologías de misiles.
China, por su parte, también estaría interesada en mantener buenas
relaciones con el sector militar de Ucrania, independientemente de quién
esté en el poder en este país.
Y el hecho de que los chinos no
escatiman dinero en la adquisición de tecnologías bélicas es
mundialmente conocido.
¿Cuáles pueden ser las consecuencias de la quiebra de las empresas
militares de Ucrania?
En primer lugar, su privatización, seguida por su
venta total o parcial. En tal caso se podría adquirir una fábrica de
armas o una oficina de diseño de las mismas, junto con los archivos y
tecnologías de los que dispone.
Otra posible consecuencia sería que los propios empleados de las
compañías del sector de defensa, especialmente sus directivos, vendan
los documentos (y a sí mismos, como especialistas).
Y la tercera alternativa es que el propio Gobierno provisional de
Kiev, a cambio de un préstamo de China o de cualquier otro país,
entregue los planos y tecnologías en bandeja, incluyendo la
documentación referente a los temibles Voyevoda (Satan, según la
clasificación de la OTAN) o RT-23 Molodets (SS-24 Scalpel, según la
denominación de la OTAN).
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