El sistema Grad tuvo tanta fama mundial como su predecesor, el
legendario Katiusha. Pero para sustituirlo llega un sistema todavía más
moderno y potente, el Tornado, creado por los especialistas del grupo
Splav.
La primera vez que se mostró públicamente fue
en el polígono de Kapustin Yar, el 25 de septiembre de 2011. Los resultados de
los disparos fueron impresionantes. El Tornado superó a sus antecesores
prácticamente en todos los indicadores: en longitud y precisión del disparo, en
la exactitud del impacto y en la potencia de su cabeza militar.
Durante los años de la Segunda Guerra Mundial,
la URSS se convirtió en el líder mundial en la fabricación de sistemas
lanzacohetes múltiples a reacción. Los sistemas Grad, Smerch y Uragán lograron ser dignos continuadores del Katiusha. Todos ellos eran monocalibre.
Por ejemplo el Grad solo podía disparar proyectiles de 122 mm, el Uragán de 220 mm y el Smerch de 300 mm.
El diseño del Tornado permite instalar sobre
una misma base con ruedas, bloques de cañones de diferentes calibres. Además,
en una misma máquina se pueden instalar contenedores con instalaciones de
disparo gemelas para misiles de 122
mm, 220
mm y 300
mm, dependiendo de la misión de campo para la que estén
destinados. Es decir, un mismo chasis se convierte en una base universal para
cualquier tipo de misil a reacción de los que utiliza el Ejército de Tierra.
Los misiles, por cierto, también son de nueva
generación. Es la primera vez que se utilizan proyectiles autoguiados en los
sistemas de lanzacohetes múltiples, que permiten alcanzar a una distancia
considerable no solo una zona, sino objetivos concretos del enemigo.
En el futuro se prevé una versión que iría en
contenedores que podría instalarse sobre la base del Tornado, de misiles de
crucero operativo-tácticos, así como en las plataformas de lanzamiento de
vehículos aéreos no tripulados.
Los expertos militares consideran que el uso
conjunto de los sistemas lanzacohetes múltiples Tornado y los
operativo-tácticos Iskander podrían solucionar tareas militares que hoy en día exigen la utilización de un
considerable contingente de artillería. Es posible que para 2015 este sistema
se convierta en el principal sistema de misiles y artillería del Ejército de
Tierra. Las Fuerzas Armadas han recibido ya varias decenas de sistemas Tornado
y las ventas seguirán aumentando.
A día de hoy el Tornado tiene una distancia
máxima de tiro de 90 kilómetros lo que es ciertamente un magnífico indicador
para un sistema de este tipo. Los proyectiles del Grad, por ejemplo, alcanzan
tan solo 40 kilómetros. A diferencia de sus predecesores (Grad y Smerch), el
Tornado tiene un sistema de guía por satélite gracias al cual la probabilidad
de error es considerablemente más baja.
El Tornado puede abandonar su posición incluso
antes de que el primer proyectil que ha lanzado toque tierra. Cuando el último
proyectil explota el complejo puede estar ya lejos del lugar desde el que se
han realizado los disparos. Todo esto convierte al "Tornado" en un
arma terrible que prácticamente no tiene equivalentes.
De estar al borde del olvido a la gloria
Hoy en día los sistemas de lanzacohetes
múltiples a reacción son tan famosos en el mundo como el fusil Kaláshnikov.
Pero poca gente sabe que después de la Segunda Guerra Mundial en la Unión
Soviética estuvieron a punto de cerrar para siempre esta rama de la artillería
de cohetes, a pesar incluso de la fama del Katiusha. El hecho es que el Katiusha
tenía un fallo importante una gran dispersión de los proyectiles. Y parecía que
no había manera de solucionar este problema.
En 1957, el eminente constructor Alexander
Ganichev consiguió, con un arduo trabajo, revivir y defender la idea de los
sistemas de lanzacohetes múltiples a reacción.
El sistema Grad entró en el
ejército en 1963. Pero solo en 1969 tuvo lugar la primera aplicación del
sistema entonces secreto en un conflicto en la isla de Damanski. El resultado
fue aún más espectacular que la primera utilización del Katiusha en la batalla
de Moscú en 1941. El Grad fue reconocido como el sistema a reacción más
efectivo del mundo y sin análogos.
Artículo publicado originalmente en ruso en
Rossíyskaya Gazeta
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