viernes, 13 de junio de 2014

Las minas marinas más peligrosas

 
La muerte "azucarada"

La M-26 está considerada como una de las minas más terribles del periodo anterior a la Segunda Guerra Mundial diseñadas en Rusia. Tenía una carga de 250 kilogramos. Era una mina de ancla con un detonador mecánico que fue creada en 1920.

La gran ventaja de este diseño era que se situaba de forma horizontal en el carrete del ancla, esto hacía que fuera más fácil de instalar. La verdad es que la poca longitud de la boya de la mina (el cable que fija de la mina al ancla y la mantiene a distancia de la superficie) hacía que este arma solo se pudiera utilizar en el Mar Negro y el de Japón.

El modelo de mina de 1926 se convirtió en el más profusamente utilizado por la armada soviética durante los años de la Segunda Guerra Mundial.  Cuando comenzó la guerra Rusia tenía casi 27.000 de estos artefactos.

Otro diseño innovador de los armeros rusos de antes de la guerra fue la gran mina antibuque  de espoleta KB que se utilizó también como arma antisubmarinos. Fue la primera en el mundo en la que se utilizaron conos de seguridad de hierro que se lanzaban automáticamente al agua. 

Cubrían los detonadores galvánicos (los cuernos de la mina). Lo curioso era que los conos estaban fijados al cuerpo mediante unos pasadores y una eslinga de acero con un fusible de azúcar. 


Mina marina de la Primera Guerra Mundial
 Antes de instalar la mina retiraban los pasadores y después, cuando ya estaba colocada, la eslinga se desataba cuando se deshacía el azúcar. Era un arma de guerra.

En 1941 las minas KB fueron equipadas con una válvula de inmersión que permitía al artefacto hundirse solo en caso de separarse del ancla. Esto garantizaba la seguridad de los barcos rusos que se encontraban cerca de las defensas. Al inicio de la guerra era la mina antibuques de contacto más moderna de su época.

En total durante la guerra se instalaron en las vías marítimas más de 700.000 tipos diferentes de minas. Destruyeron el 20% de todos los barcos de los países en liza. 

Un avance revolucionario

En los años de posguerra los diseñadores soviéticos siguieron luchando por estar a la cabeza. En 1957 crearon el primer misil subacuático autopropulsado, la mina a reacción de superficie KRM, que fue la base para la creación de un nuevo tipo de armamento, las PM-1, PM-2 y PRM.

Mina KRM. Fuente: wikipedia

Como separador, las minas KRM utilizaban un sistema acústico activo-pasivo: detectaba y clasificaba el objetivo, daba la orden a la parte bélica y ponía en marcha el motor a reacción. 

El peso de la carga explosiva era de 300 kilogramos. El dispositivo podía instalarse a una profundidad de hasta 100 metros, no podía ser rescatada con señales acústicas ni con dragadores de profundidad. El lanzamiento se producía desde un destructor o un crucero.

En 1957 comenzó a desarrollarse una nueva mina de superficie a reacción que pudiera ser lanzada tanto desde un buque como desde un avión. Este aparato trajo consigo una auténtica revolución: la construcción de la mina KRM influyó de forma radical en el posterior desarrollo de las minas marinas rusas y en el diseño de los misiles de crucero y balísticos con trayectoria o despegue marino. 

Sin análogos

En los años 60 en la Unión Soviética comenzaron a crearse unas nuevas minas completamente novedosas: los misiles-mina y las minas-torpedo de ataque. En unos diez años la flota de guerra introdujo los misiles mina antibuque PMR-1 y PMR-2 que no tenían equivalentes en el extranjero.

Otro avance importante fue la mina-torpedo antibuque PMT-1. Tenía un sistema de doble canal para detectar y clasificar objetivos, arrancaba en posición horizontal desde el contenedor hermético de la carga bélica (torpedos antisubmarinos eléctricos), se podía utilizar en profundidades de hasta 600 metros.

La nueva mina-torpedo entró en el armamento de la Armada soviética en 1972. Los diseñadores de minas soviéticos fueron los primeros en utilizar el principio de aplicación modular, utilizando para las conexiones eléctricas nodos y elementos del aparataje. Esto resolvió el problema de proteger los circuitos de explosión de las corrientes de alta frecuencia.

Los proyectos sin terminar que se produjeron durante los desarrollos y pruebas de las minas PMT-1 supusieron un empujón para la creación de nuevos modelos más modernos. Así en 1981 los armeros finalizaron los trabajos de la primera mina torpedo antisubmarino rusa universal. 

En opinión de los especialistas rusos, hasta mediados de los setenta, como mínimo, los principales estados del mundo no disponían en su armamento de minas similares.

La mina universal de fondo UDM-2 entró en el armamento en 1978 y estaba diseñada para destruir barcos y submarinos de todas las clases. 

Fuente: wikipedia

Este arma era universal en todos los sentidos, Se podía instalar en un barco o en un avión (militar o de carga), además en este último caso sin sistemas de paracaídas. Si la mina caía en aguas poco profundas o en tierra se auto destruía. Sin carga la UDM-2 pesaba 1.350 kilogramos. 

Fuente: wikipedia
Victoria Chernisheva, Rossíyskaya Gazeta  
http://es.rbth.com

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