Los
aventureros pilotos españoles de principios del siglo XX eran
conscientes de que volar en aquellos frágiles aviones hechos de madera,
tubos, lona y 'cuerdas de guitarra', y con unas hélices movidas por
pequeños motorcitos, hacía necesaria también la protección que pudieran
obtener del mismo cielo. Por ello solicitaron y obtuvieron del Papa
Benedicto XV la declaración del Patronazgo de Nuestra Señora de Loreto
sobre la aviación española, lo que se estableció el 24 de marzo de 1920.
Pero
los pilotos militares también quisieron que la Virgen de Loreto fuera
declarada expresamente su propia Patrona, lo que obtuvieron oficialmente
el día 7 de diciembre de 1920, manteniéndose hasta la actualidad al
compás de la transformación de la Aviación Militar en el Ejército del
Aire.
Loreto, bosque de laureles
Esta
advocación mariana proviene una muy antigua tradición piadosa que
arranca del siglo XIII, según la cual la casa de Nazaret en la que nació
y vivió la Virgen María y en la que recibió la anunciación por el
Arcángel Gabriel y más tarde vivió la Sagrada Familia, fue cambiando de
ubicación de modo milagroso.
Estos
traslados de la casa, al ser llevados a cabo por ángeles, se hacían
'volando' y sucedían cuando un peligro la amenazaba, como en el año 1291
cuando, para salvarla de los mamelucos que habían invadido Palestina,
apareció en Tarseto (Dalmacia).
En
otras circunstancias, otro 'vuelo' llevó la casa a la costa italiana
del Adriático, donde apareció en Loreto, de donde viene el nombre de
esta advocación y que significa 'bosque de laureles'. Según los relatos
tradicionales, aún 'voló' otras dos veces más hasta encontrar el lugar
en el que actualmente se venera su imagen, que constituye uno de los
centros de peregrinaje más famosos de Italia.
Antonio Manzano
http://www.revistatenea.es Antonio Manzano
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