El sistema antimisiles en Europa es un importante obstáculo en las relaciones entre Moscú y Washinhton.
El programa estatal de armamento de Rusia hasta el
año 2020 resolverá el problema del sistema de defensa antimisiles de
EE.UU. en Europa, declaró el ministro de Defensa de Rusia, Anatoli
Serdyukov.
“Nuestro programa de armamento cumple muchas tareas; resolverá también el problema del escudo antimisiles estadounidense , señaló el ministro en una entrevista a la revista rusa 'Itogui'.
“No quisiera profundizar en este tema, pero le aseguro que además de
que las fuerzas de contención nuclear son de un nivel muy alto,
disponemos de serios proyectos vinculados con la elaboración de armas de
alta precisión. Por eso nos sentimos seguros”, apuntó el alto mando
militar.
De acuerdo con el programa estatal de armamento aprobado en 2010,
para el año 2020 el 70% de las armas del Ejército ruso serán modelos
nuevos, mientras que el resto será modernizado.
En los próximos 10 años se entregará a las Fuerzas Armadas 400
misiles balísticos intercontinentales modernos con base en tierra y en
mar, ocho submarinos portamisiles estratégicos, cerca de 20 submarinos
multifuncionales, más de 50 buques de guerra, alrededor de 100 aparatos
espaciales de uso militar, más de 600 aviones modernos, incluyendo los
aviones caza de quinta generación, más de 1.000 helicópteros, 28
complejos de sistemas de misiles S-400, 38 complejos de misiles
Iskander-M y más de 2.300 tanques, entre otros pertrechos y vehículos.
El sistema de defensa antimisiles, que EE.UU. ya está instalando
en varias naciones europeas, es una de las cuestiones que provoca
divergencias entre Moscú y Washington. Mientras la Casa Blanca asegura
que el escudo antimisiles europeo está destinado a proteger a los países
de la región de una supuesta amenaza por parte de Irán, el Kremlin
considera que este sistema aspira a romper el equilibrio estratégico
mundial.
En reiteradas ocasiones Moscú ha exigido a Washington que dé garantías
jurídicas de que el escudo antimisiles europeo no va dirigido contra
Rusia. Ante la negativa estadounidense, Rusia no descarta desplazar los sistemas de misiles Iskander a su enclave europeo, Kaliningrado.
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