China probó la semana pasada su primer vehículo hipersónico, convirtiéndose en el tercer país tras EEUU y Rusia que tiene tales aparatos en sus arsenales. Según las fuentes chinas, el ensayo del vehículo fue llevado a cabo con fines de investigación científica. Pero en un futuro China podría desarrollar en base a esta tecnología misiles de crucero hipersónicos y ojivas para misiles balísticos capaces de romper el escudo antimisiles.
Una reacción esperada 
Las
 pruebas chinas del vehículo hipersónico, así como la reanudación por 
Rusia de trabajos de investigación y desarrollo en este ámbito 
acompañados con los ensayos ponen de relieve que ambos países participan
 en la carrera del armamento hipersónico puesta en marcha por EEUU. 
Pekín y Moscú buscan respuesta a los sistemas que se desarrollan en 
EEUU. Ante todo, se trata del sistema de defensa antimisiles y de 
vehículos de asalto que puedan volar a altísimas velocidades que se 
desarrollan en el marco del ambicioso programa del Pentágono “Ataque 
Global Inmediato”, o PGS, por sus siglas en inglés. 
La
 característica principal del PGS que lo distingue de las fuerzas 
nucleares estratégicas consiste en que este programa no es nuclear. Así 
las cosas, no se somete a las restricciones estipuladas en el Tratado de
 Reducción de Armas Estratégicas Ofensivas (START) suscrito entre Rusia y
 EEUU. 
Mientras, el programa pone como objetivo la posibilidad de 
realizar ataques de precisión en cualquier lugar de la Tierra en menos 
de 60 minutos. EEUU no ha conseguido todavía este objetivo y es posible 
que nunca realice la respectiva tarrea por completo, pero tal cambio de 
las reglas del juego no pudo pasar desapercibido. 
El
 vehículo hipersónico de China es capaz de crear en un futuro una 
amenaza militar para EEUU en el lugar más sensible – en el centro de la 
región de Asia Pacifico. En caso de que estos vehículos tengan el 
respectivo radio de acción (por ejemplo si se emplea misiles balísticos 
de alcance medio para transportarlos), podrían presentar una seria 
amenaza tanto para las armas de asalto que están en los arsenales de las
 Fuerzas Armadas de EEUU, como para su escudo antimisiles, ante todo, 
para los buques de guerra de EEUU equipados con el sistema antiaéreo 
Aegis. 
La
 ventaja principal de los deslizadores hipersóncios, en comparación con 
sistemas de defensa antimisiles, es su alta maniobrabilidad. Tales 
vehículos pueden cambiar de trayectoria en vuelo, lo que reduce 
demasiado la posibilidad de su intercepción. 
Pronósticos para la década de los 2020 
Las
 consecuencias más peligrosas del desarrollo del PGS consiste en que, en
 vez de reducir el potencial nuclear, este programa puede aumentar su 
papel, contribuyendo al crecimiento de arsenales nucleares de Rusia y 
China que se considerarán por Moscú y Pekín como la única posibilidad de
 causar a EEUU un irreparable daño garantizado, en caso de una guerra 
hipotética. 
El
 despliegue del escudo antimisiles estadounidense junto con la 
fabricación en serie de vehículos hipersónicos desarrollados en el marco
 del programa PGS reanudará sin duda alguna la carrera nuclear. Para los
 países que retrasen a EEUU en el ámbito del desarrollo de sistemas de 
asalto de alta precisión convencionales, ésta será la única posibilidad 
de mantener el equilibrio estratégico. 
A
 juzgar por todo, este problema se agudizaría al máximo hacia principios
 o mediados de los 2020, es decir, cuando se finalice el despliegue del 
escudo antimisiles de EEUU y las Fuerzas Armadas pongan en sus arsenales
 los primeros sistemas fabricados en el marco del programa PGS. 
Teniendo
 en cuenta las crecientes discrepancias políticas, es posible que, hacia
 2023, se pueda comparar el clima político global con el que fue en 1963
 o 1983, aunque la rivalidad de las potencias en el siglo XXI no sería 
basada en los motivos ideológicos, sino políticos y económicos. 
Mientras, aún es posible evitar que el mundo vuelva a encontrarse al 
borde de una nueva guerra mundial. En este sentido, todas las pruebas 
exitosas de armamento desarrollado con el uso de tecnologías 
hipersónicas sólo son necesarias para ponerlas sobre la mesa de las 
negociaciones dedicadas a la reducción de armas nucleares y 
convencionales en un futuro. 
A
 día de hoy, el desarrollo del programa PGS se lleva a cabo en el marco 
de las aspiraciones tradicionales de EEUU a conseguir la supremacía 
militar a nivel global. Esto empezó con el desarrollo de armas nucleares
 en los 1940, continuó con la Iniciativa de Defensa Estratégica, 
comúnmente conocida como Guerra de las Galaxias, en los 1980, y se 
convirtió ahora en el concepto de despliegue del escudo antimisiles 
junto con el desarrollo del programa PGS. 
Pero los tiempos cambiaron. 
EEUU gozó del monopolio nuclear durante cuatro años, desde el verano de 
1945 hasta el verano de 1949. Pero parece que Washington no lograría 
mantener el monopolio hipersónico ni siquiera durante un día. 
Foto: EPA 







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