EE.UU. pierde su superioridad en áreas como los 
cazas, los sistemas de defensa aérea y la defensa cibernética, admitió 
el jefe de logísticas y adquisiciones del Pentágono, Frank Kendall. Se 
está reduciendo la brecha tecnológica con China, argumentó. 
"El Departamento de Defensa está siendo desafiado en formas que no se han visto en décadas", puntualizó Kendall este martes ante el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes. "La
 preocupación no es que estén modernizando su armamento, no esperamos 
tener un conflicto con China, desde luego, pero cabe esperar que tengan 
versiones del equipamiento que estén produciendo para exportar", 
comentó.
Entre las tecnologías que espera que Pekín exporte ha nombrado,
 en primer lugar,  el caza 'invisible' Chengdu J-20 . 
El J-20 es una aeronave monoplaza, grande y pesada, con motorización de 
doble turbina. Según las características que se han adelantado por el 
momento, tiene 20,3 metros de largo y 4,45 metros de alto, una 
envergadura de 12,88 metros y un peso máximo al despegue de 36,3 
toneladas. 
Cuenta con un compartimento para los misiles aire-aire en su 
'vientre' y dos compartimentos de armas laterales más pequeñas detrás de
 las entradas de aire para los misiles aire-aire de corto alcance. 
En 
los compartimentos laterales hay también un dispositivo de despliegue de
 misiles que permite extraer el misil antes de que la puerta se cierre 
tras él: esto reduce esencialmente la necesidad de que las puertas se 
abran en pleno vuelo, lo que expondría temporalmente el caza a los 
radares. 
El caza 'invisible' chino realizó su primer vuelo en 2011 y se 
pronostica que esté en servicio activo para el año 2018, momento en el 
que se espera también la entrada en el mercado de los F-35 
estadounidenses. 
Cabe destacar que en estos momentos el futuro comercial
 de los F-35 es bastante inseguro: las demoras en su producción, varios  fallos técnicos y los permanentes aumentos en el coste  socavaron 
 la demanda internacional.
La posible rivalidad no es improbable si 
tomamos en cuenta el precedente anterior, cuando Turquía, país miembro 
de la OTAN  optó por comprar el sistema de defensa antiaérea de producción china, el HQ-9 ,
 dándole prioridad ante el estadounidense Patriot y el SAMP/T europeo, a
 pesar de que será difícil integrar el HQ- 9 al existente equipamiento 
de la OTAN del que ya dispone Ankara. 
El presupuesto para la defensa publicado por Pekín equivale a solo un 
cuarto del gasto militar de EE.UU., pero crece un 10% cada año y permite
 más compras de armamento debido a los costes relativamente bajos del 
personal, comentó Kendall. 
El Instituto Internacional de Investigación 
para la Paz de Estocolmo pone a China en el quinto lugar 
 en la lista de los mayores exportadores de armas en el mundo, siendo 
Pakistán, Bangladés, Bolivia, Venezuela y Arabia Saudita sus compradores
 principales. 
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