El
27 de julio darán comienzo los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Para
dar una respuesta eficaz a las amenazas existentes y neutralizar sus
posibles efectos, las autoridades británicas tienen previsto establecer
un gigantesco dispositivo de seguridad que ha sido definido como la
mayor operación de seguridad en tiempo de paz llevada a cabo en el Reino
Unido.
Con
el objetivo de implementar las medidas de protección contempladas se
presupuestó una cifra inferior a los 300 millones de libras. Sin
embargo, las sucesivas revisiones, al alza, así como la decisión
postrera de implementar nuevas medidas de seguridad no contempladas
inicialmente han hecho que el presupuesto final -no definitivo- se eleve
por encima de los 700 millones de euros. El coste de la operación y su
repercusión en el contribuyente, junto a las propias medidas de
seguridad recogidas en la misma han suscitado múltiples quejas y
polémicas entre los detractores de los Juegos Olímpicos.
El dispositivo de seguridad
Evidentemente,
el éxito de una operación de seguridad pasa por garantizar la
confidencialidad de determinados extremos sensibles y que éstos no se
hagan públicos. Sin embargo, la atracción mediática de este evento ha
hecho trascender ciertos aspectos relativos a los procedimientos de
protección a realizar.
Para
hacer frente a las diversas amenazas existentes y preservar la
seguridad de deportistas, visitantes, jefes de estado y de gobierno,
periodistas, población local, etc., el gobierno británico tiene previsto
desplegar un contingente que sobrepasa los 28.000 efectivos entre
miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y seguridad privada.
Asimismo,
está prevista la integración de unidades de las Fuerzas Armadas
británicas dentro del despliegue que se llevará cabo, en función de las
amenazas detectadas y como consecuencia de las capacidades específicas
que puedan aportar. Se estima en 13.500 el número de miembros del Royal
Army, la Royal Navy y la Royal Air Force que serán movilizados para el
evento, lo que supone un contingente militar mayor que el desplegado en
Afganistán.
A
estas cifras hay que sumar los agentes de otras naciones, autorizados
para proteger a sus propias delegaciones como es el caso de EEUU e
Israel; en el caso del país norteamericano, y según algunas fuentes,
está previsto el desplazamiento de un millar de agentes adscritos a
diversas agencias de seguridad.
La
observación que se llevará a cabo sobre el propio terreno a través de
cámaras integradas en sistemas de video-vigilancia se verá complementada
con las imágenes que transmitirán aviones no tripulados, tanto de la
ceremonia de apertura como del acto de clausura el 12 de agosto.
Por
lo que se refiere al control del espacio aéreo, se han definido dos
principios rectores: la identificación temprana de la amenaza y la
intervención ante elementos desconocidos, todo con la finalidad de
reducir los tiempos de respuesta. Para conseguir el objetivo, está
previsto conjugar instrumentos de detección -con la utilización de
radares, y en el que ocupan un papel destacado los aviones AWACS de
alerta temprana y control aerotransportado-, con el despliegue de
elementos aéreos de reacción -como el caza Eurofighter Typhoon y la
instalación de sistemas de protección antimisiles instalados ad hoc-,
que protegerán el espacio aéreo de Londres. Asimismo, está previsto
declarar un espacio aéreo restringido en un radio de 48 kilómetros
alrededor del Parque Olímpico.
El
medio acuático también será objeto de control, en especial el río
Támesis a su paso por la capital británica, estando previsto el uso de
diversos medios. En primer lugar la utilización del portaaviones "HMS
Ocean" como buque referente para eventuales operaciones anfibias de los
Royal Marines y como plataforma para medios aéreos. Además, como
elemento novedoso, según informaciones del propio Ministerio de Defensa
del Reino Unido, se va a instalar un dispositivo acústico de largo
alcance a lo largo del Támesis, con la finalidad de transmitir mensajes
verbales a las embarcaciones que naveguen por el mismo.
El ciberespacio
También
los intentos de agresión realizados desde el ciberespacio tendrán un
dispositivo específico que trate de neutralizarlos, habida cuenta de su
complejidad y del impacto que podría representar sobre la celebración de
los Juegos. Dos factores influyen de manera determinante en el diseño
del sistema de protección, en primer lugar el volumen de los datos a
proteger, estimado en un 30% superior al de los anteriores Juegos de
Pekín en 2008, -edición en la que se contabilizaron 12 millones de
ataques cibernéticos de variable intensidad- y en segunda posición el
número de centros de procesamiento de datos que deben ser protegidos, y
que se cuantifica en 90.
La
respuesta ante estas amenazas vendrá proporcionada de la mano,
conjuntamente, de recursos gubernamentales junto con aportaciones
privadas; en este sentido la empresa Atos, socio tecnológico mundial
para los Juegos Olímpicos y proveedora de los medios en este sector para
la vigilancia del evento, ha constituido un equipo conformado por 450
profesionales que tratarán de impedir las acciones de los temidos
hackers.
Conclusiones
El
dispositivo de protección a implementar requiere la coordinación en la
actuación de un elevado número de instituciones y agencias involucradas,
en el que se aglutinan cuerpos policiales, empresas de seguridad
privada y Fuerzas Armadas, alcanzando una cifra superior a las 42.000
personas con responsabilidades en materia de seguridad, sin contabilizar
el personal perteneciente a los servicios de emergencia sanitaria,
bomberos o protección civil, ni al adscrito a las agencias de
inteligencia. Esta diversidad de actores involucrados requiere que se
habiliten procedimientos de actuación multidisciplinar que permitan dar
respuesta ante los sucesos de diversa índole que puedan producirse.
No
obstante, al margen de salvaguardar la celebración de los Juegos
Olímpicos, el reto de las autoridades británicas será saber conjugar las
medidas de seguridad necesarias con el normal discurrir del
acontecimiento, es decir, confirmar las palabras del primer ministro
británico David Cameron cuando dijo "Será un acontecimiento deportivo
con una importante operación de seguridad, y no una operación de
seguridad con un importante acontecimiento deportivo".
Carlos De Miguel
http://www.revistatenea.es
*Carlos De Miguel, Comandante de la Guardia Civil
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