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Los medios chinos informan que la semana
pasada un caza J-15 por primera vez en la historia de la Marina china
realizó un aterrizaje en el portaaviones Liaoning.
La tensión relacionada con esta
prueba era tan fuerte, que el presidente de la corporación de
construcciones navales de Shenyang, Lo Yan, falleció durante las pruebas
en la cubierta del portaaviones. La carga de responsabilidad era
realmente enorme: los constructores y experimentadores chinos
consiguieron resolver una tarea técnica sumamente importante.
La
parte china tuvo que realizar un gran trabajo para que un caza pesado
pudiera aterrizar en un portaaviones. China no logró acordar con Rusia
la entrega de las tecnologías clave de los sistemas del portaaviones,
que aseguran el aterrizaje, por ejemplo, los equipos de enganche. Si
bien el propio Variag, terminado de construir por los chinos y después
rebautizado como Liaoning, fue adquirido por China en Ucrania, mientras
que los equipos de enganche para los exportaaviones soviéticos eran
fabricados por empresas rusas.
La falta de un acuerdo
de cooperación con Rusia en lo que atañe al portaaviones implicaba que
los chinos solo podían familiarizarse con los modelos de los equipos de
enganche, que se encontraban en el polígono ucraniano de Crimea, pero no
tenían acceso a las informaciones sobre las tecnologías de producción y
los métodos de cálculo de las características de los equipos de
arresto.
Entretanto, los cables de acero que
enganchan el avión durante el aterrizaje, tienen una composición muy
compleja. En su fabricación se utilizan combinaciones de diferentes
aleaciones, que aseguran la solidez y elasticidad necesarios. La
modificación de las tecnologías de fabricación del cable puede conllevar
la necesidad de realizar nuevos cálculos de la masa de todos los
elementos móviles del sistema.
Además de los
exequipos de arresto soviéticos, los chinos también estudiaron en
Ucrania la tecnología occidental de creación de semejantes dispositivos.
Es probable que se hayan estudiado los equipos de enganche del
portaaviones brasileño Sao Paolo (el exfrancés Foch). Se intentó
entablar contacto con los fabricantes occidentales de tal equipo.
No
obstante, cabe suponer que los chinos por cuenta propia hicieron el
proyecto definitivo de los equipos de enganche. Si estos funcionan
satisfactoriamente, pues entonces se puede felicitar a la industria
china por el gran éxito logrado.
El aterrizaje del
caza en el portaaviones es tan solo el inicio de un largo proceso de
preparación de la primera generación de pilotos de aviones embarcados,
que llevará varios años. Los pilotos deberán aprender no solo a despegar
y aterrizar en diferentes condiciones. La táctica de las operaciones de
los aviones embarcados y el empleo de sus armas tienen una
especificidad muy propia. La organización de la interacción entre la
aviación embarcada y los buques de guerra de superficie, son un asunto
aparte muy complicado.
De momento no existen datos
seguros acerca de grado de capacidad de funcionamiento de los equipos
radioelectrónicos de a bordo de los aviones J-15. Pero, incluso si el
avión en los primeros tiempos no consigue utilizar en plena medida su
armamento, esto no incidirá de ninguna manera en el cumplimiento de su
función principal de medio de preparación de pilotos para la aviación
embarcada.
Es evidente que la siguiente fase del
desarrollo del programa de la aviación embarcada contemplará el
aterrizaje en el portaaviones del avión de instrucción de combate JL-9,
que permitirá acelerar adicionalmente y simplificar el proceso de
preparación de cuadros para los grupos de choque de los portaaviones
chinos.
mj/as/ap
Vasili Kashin / http://spanish.ruvr.ru
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