Un disparo del mortero embarcado en unas maniobras. | Ejército de Tierra
- Se lanzó el viernes con éxito dos granadas y el hostigamiento cesó
- En la actualidad, sólo hay uno en el terreno pero pronto llegarán tres más
El Batallón Toledo del Regimiento Príncipe nº 3 de la Brigada de
Infantería Ligera Aerotransportable (Brilat) utilizó el viernes por
primera vez en Afganistán el innovador mortero embarcado, que España ha
adquirido recientemente y que hasta ahora sólo había disparado en
maniobras en territorio nacional.
La Brilat lanzó el viernes dos granadas de motero de 81 milímetros con esta plataforma durante una operación que llevó a cabo en el valle de Darr-e-bum,
al noreste de la provincia de Badghis, donde la insurgencia abrió fuego
contra las tropas españolas. "La actuación fue de matrícula de honor. Se dio al objetivo marcado a la primera", aseguró el cabo primero Jesús Santos, de la unidad de morteros. Tras el lanzamiento de las dos granadas de mortero, el hostigamiento cesó de forma casi automática.
El mortero embarcado Cardom de 81 milímetros es "la joya de la
corona", en palabras de Santos. Se trata de un mortero que se encuentra
encima de un VAMTAC (Vehículo de Alta Movilidad Táctico), circunstancia
que le da una gran movilidad.
También se caracteriza por tener mayor alcance, precisión y
efectividad que los morteros convencionales asentados. "Mientras que con
un mortero convencional puedes necesitar hasta tres minutos para abrir
fuego una vez ya tienes el objetivo designado, con el embarcado puedes tardar sólo quince segundos", asegura el cabo primero. "Lleva un ordenador y se trata de introducir las coordenadas. Así de rápido. O incluso yo puedo indicar un lugar en la pantalla y el propio mortero se apunta sólo automáticamente", continúa explicando.
Se prevé que la nueva arma facilitará el repliegue de las tropas
españolas en Afganistán, ya que la mayor parte del material de los
puestos avanzados de combate de Moqur y Ludina -está previsto que las
tropas españolas los abandonen en el 2013- se deberá transportar en
convoyes terrestres, que pueden ser atacados por la insurgencia. El
mortero embarcado permitirá su defensa.
El nuevo mortero tiene un margen de error en el tiro de unos veinte
metros, mucho menor que los morteros convencionales. Permite una
cadencia de 12 disparos por minuto, la velocidad máxima que el proyectil
adquiere es de 330 metros por segundo, y el alcance de las granadas es de 6.900 metros, según datos de la agencia Europa Press.
Además, es el primero que puede ser embarcado en un vehículo de alta
movilidad táctica, ya que los anteriores sólo podían hacerlo en
plataformas más pesadas. A pesar de ser vehículos ligeros, el VAMTAC que
transporta ese mortero lleva un blindaje antiminas.
En la actualidad, sólo hay un mortero embarcado en Afganistán pero pronto llegarán tres más.
Las Fuerzas Armadas han adquirido un total de seis. El pasado verano
unos sesenta militares españoles fueron instruidos por asesores
israelíes para el uso de esta arma.
Mònica Bernabé | Darr-e-bum (Afganistán)
http://www.elmundo.es
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