Medio año después de que Navantia quedase
excluida del concurso de la Armada de Noruega para la fabricación de un
buque logístico, la empresa vuelve a estar viva en el proceso. La Marina
nórdica había dejado fuera a los astilleros públicos españoles a
finales de diciembre del pasado año y, en abril, optó por dejar desierto
el concurso, tumbando las propuestas de las tres factorías finalistas:
una alemana, otra coreana y otra noruega.
El Parlamento noruego había autorizado un gasto
de 150 millones de euros para la compra de un barco de apoyo a otros
navíos en alta mar, a través del suministro de combustible y víveres,
entre otros. Todas las ofertas excedían el precio previsto por la Armada
del país para el modelo de buque requerido, por lo que fueron
excluidas. Desde entonces, la posibilidad de que el país reabriese el
concurso ha ido cobrando fuerza, opción que se acaba de materializar.
El reinicio del proceso abre nuevas expectativas a
Navantia, aunque también a los trece astilleros a los que se había
invitado a participar inicialmente -entre ellos franceses, alemanes e
italianos-, con los que tendrá que medirse nuevamente. De hecho, la
compañía pública ya recibió hace unos días la petición de la oferta y se
verá obligada a afinar en el precio ofertado en la primera ocasión, ya
que el sobrecoste fue el argumento aportado por la Armada nórdica para
haberla excluido en diciembre del proceso. Como ejemplo, citar que el Cantabria, navío en el que se basó la oferta española, requirió de una inversión superior a los 220 millones de euros.
Ajustes
No obstante, la Marina nórdica también ha
efectuado esfuerzos, al rebajar los requerimientos para ajustar las
prestaciones al precio. Inicialmente demandaba un barco que cumpliese
con las exigencias medioambientales para el transporte de combustible,
como el doble casco, pero también con amplias capacidades, como grandes
bodegas para el transporte de carga rodante, como camiones y tanques, y
un hospital.
La reapertura del proceso nórdico se produce en
un momento en el que los astilleros gallegos de Navantia necesitan más
que nunca lograr un encargo, puesto que lleva cinco años sin nuevos
pedidos y la carga de trabajo está agotándose, por lo que las compañías
auxiliares ya han tenido que prescindir de unos mil operarios y en las
próximas semanas otros seiscientos puestos están en la picota.
Las previsiones de la Marina nórdica son las de adjudicar el pedido este mismo año.
Mantenimiento de fragatas
Navantia, que fabricó en Ferrol cinco fragatas
para la Armada noruega, acaba de conseguir un contrato para ocuparse del
mantenimiento de estos buques al menos durante un año.
http://www.lavozdegalicia.es
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