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China es la segunda potencial mundial 
que ha conseguido interceptar un misil balístico mediante un interceptor
 cinético, informó a finales de enero la agencia Xinhua.
El sistema de defensa antimisiles 
estratégica representa un tipo especial de armas. Un misil diseñado para
 abatir misiles intercontinentales o de medio alcance casi siempre tiene
 un costo más elevado que su blanco. Mientras tanto, para un resultado 
seguro, cada blanco debe ser atacado por dos o más misiles 
interpectores.
Todo parece indicar que en el sistema 
de defensa antimisiles chino que se está sometiendo actualmente a 
pruebas, es usado el misil interceptor KT-2, un modelo construido en 
base al misil continental DF-31 de combustible sólido. China no revela 
datos sobre el costo de sus armas estratégicas, pero se dispone de 
información sobre los misiles que se usan en los sistemas de defensa de 
EEUU.
Un antimisil GBI usado en el escudo GMD tenía 
un costo inicial de setenta millones de dólares, que tras una serie de 
modificaciones ascendió a noventa millones de dólares. Dada esta 
circunstancia, no puede tratarse de compras importantes de antimisiles, 
sino de adquisiciones esporádicas. En lo relativo a misiles de más 
potencia, destinados a interceptar misiles de largo alcance, se compran 
entre veinte y cincuenta unidades al año. Ni siquiera Estados Unidos que
 dispone de un presupuesto militar colosal puede permitirse más. Por 
ello, tampoco habría que esperar que China en estos momentos sea capaz 
de asumir unos gastos tan significativos.
Los 
sistemas de misiles son sólo parte del escudo antimisiles, una parte 
costosa, pero no la más importante. La mejor medida de defensa sigue 
siendo un ataque preventivo y la destrucción de los misiles antes de su 
lanzamiento. Y los antimisiles deberían destruir las pocas unidades que 
ha sido lanzadas, a pesar de todo.
¿Contra quién 
podría estar creando China su sistema de defensa antimisiles? Con toda 
seguridad, resultaría inútil contra EEUU y Rusia, porque el arsenal 
estratégico de China es demasiado pequeño y Pekín no tendría ninguna 
posibilidad de causar importantes daños a los arsenales de ambos países.
Es
 evidente que busca defenderse de los misiles de países asiáticos 
vecinos, cuyos arsenales de misiles y armas nucleares se encuentran en 
el estado del desarrollo. El rival más probable es la India, cuyas 
fuerzas estratégicas no son muy grandes, pero están orientadas a 
contener a China. Se considera que Nueva Delhi no tiene más que varias 
decenas de cargas nucleares. Y aunque la India está alcanzando 
importantes éxitos en la creación de misiles balísticos de medio 
alcance, su número tampoco supera varias decenas.
Merece
 la pena señalar que ni siquiera este arsenal se podría neutralizar 
únicamente con los medios del sistema de defensa antimisiles. El costo 
del misil balístico más caro y avanzado del que dispone la India, Agni 
5, con un alcance de más de cinco mil kilómetros ascienden, según el 
Gobierno del país, a unos nueve millones de dólares, es decir, diez 
veces menos que el GBI. Y posiblemente varias veces menos que los del 
misil chino KT-2, capaz de interceptar el Agni 5. Tampoco existe la 
seguridad de que la intercepción se lleve a cabo con éxito.
China
 deberá invertir sumas colosales en los medios de reconocimiento 
espacial y de aviación, así como en los sistemas no nucleares, para 
poder neutralizar el potencial indio. La India, por su parte, debería 
desarrollar a un mayor ritmo su sistema de defensa antimisiles, que ha 
quedado desatendido durante mucho tiempo.
Es conocido
 también que Taiwán está desarrollando misiles balísticos de medio 
alcance, a pesar de que las tensiones entre la isla y el continente se 
han relajado. Si antes los misiles taiwaneses sólo podían alcanzar 
Shanghái, actualmente son capaces de llegar hasta la China central y, 
posiblemente, incluso hasta Pekín.
Corea del Sur está
 trabajando en la creación de misiles balísticos de hasta ochocientos 
kilómetros de alcance. Pakistán y Corea del Norte, por su parte, 
disponen de potentes arsenales de misiles de medio alcance y de armas 
nucleares. Ambos países mantienen con China relaciones de amistad, pero 
su futuro es impredecible, debido a la escasa estabilidad interna.
No
 es de sorprender que China, situada en una región tan poco estable, 
haya decidido crear su propio sistema de defensa antimisiles. Habría que
 tener en cuenta que su propósito incentivará a otros países de la zona a
 reforzar su potencial estratégico.
ach/kg/sn
http://spanish.ruvr.ru 






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