La adjudicación del millonario
contrato de más de 7.000 millones de euros por el que Corea del Sur
adquirirá hasta 60 aviones de combate tendrá que seguir esperando. El
próximo 25 de febrero la nueva presidenta, Park-Geun Hye, tomará su
cargo tras haber ganado las elecciones el pasado 19 de diciembre. A
partir de ahí, si todo sigue su curso, la decisión podría adoptarse
antes del verano. El momento actual para el gobierno coreano es
delicado. Seúl se encuentra en estado de alerta después de que la semana
pasada Pyongyang volviera a efectuar una prueba nuclear. El ensayo
norcoreano alertó a toda la comunidad internacional, jugando EEUU un rol
fundamental como principal aliado de Corea del Sur en la región, donde
Washington tiene desplegados más de 28.000 soldados.
Esta situación de tensión, que armoniza
aún más a ambos gobiernos en un objetivo común, no hace prever sin
embargo que la nueva administración vaya a favorecer la opción
presentada por las firmas norteamericanas Boeing y Loockhed Martin,
principales rivales de Eurofighter en la licitación. De hecho, y según
fuentes de Cassidian (que presentó la oferta para hacerse con el
contrato en junio de 2012) “no se considera que factores ajenos al
proceso pudieran tener alguna influencia en la selección del candidato
adjudicatario”. Estas mismas fuentes creen que no habrá problemas de
ninguna índole, ya que “los pasos en la selección del candidato del
contrato están definidos, al igual que la transparencia e imparcialidad
asegurada por Seúl”.
Pese a todo, lo cierto es que la
licitación ya se ha retrasado en exceso. De hecho, la DAPA (Programa de
Administración de Adquisiciones en Defensa de Corea) ya confirmó en
septiembre que no se había tomado la decisión, sabiendo que se había
señalado el mes de octubre como fecha límite. Después, la celebración de
comicios el pasado 19 de diciembre hacía presagiar que no habría
resultados hasta la toma de posesión del nuevo Gobierno.
Un hilo de esperanza en India
Por otra parte, y siguiendo en Asia,
Eurofighter permanece atento al devenir en la India de la adjudicación
del contrato de aviones de combate a la francesa Dassault, toda vez que
éste sigue pendiente de firma a pesar de haber transcurrido un año desde
que India hiciera oficial la elección de la compañía francesa. En esta
situación, que aparentemente la reciente visita oficial al país del
presidente francés, François Hollande no alteró, cabría valorar si el
Gobierno indio puede estar replanteándose su decisión o, incluso, si
fuera a darse la posibilidad de que se sumasen al pedido más aeronaves a
las ya adjudicadas a Dassault. Estos supuestos significarían que
Eurofighter Thypoon podría entrar otra vez en la batalla por hacerse
con la titularidad de nuevos encargos.
En Francia sigue latente la polémica que
suscitó la adjudicación del contrato, por el que India adquirió las
aeronaves a un precio sustancialmente más barato (entre 80 y 87 millones
de euros por avión) que las Fuerzas Armadas galas. Según el Tribunal de
Cuentas francés, el país galo pagó 150 millones por cada caza a
Dassault. Por ello, la sospecha de la existencia de irregularidades en
el desarrollo del proceso siempre han estado presentes para Eurofighter.
Al margen de la cuestión en Francia,
fuentes de Eurofighter nos explican que en lo que respecta a India no
se especula con que existiera o vaya a existir ningún tipo de anomalía
en el concurso indio, están seguros, afirman, de “las garantías
procesales que vaya a realizar India para el concurso MMRCA” . Estas
mismas fuentes también nos precisan que si el gobierno indio procediera a
la apertura de una nueva licitación, Eurofighter estaría “dispuesto a
participar, y estamos seguros de que podríamos satisfacer las
necesidades de India”.
Javier Martínez
http://www.defensa.com
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