En medio de las presiones de EE.UU. debido al
multimillonario contrato militar que Francia ha firmado con Rusia, París
prefiere arriesgar sus relaciones con la OTAN antes que abandonar el
proyecto. ¿Qué está en juego en la operación además de dinero?
El acuerdo de venta a Rusia de dos avanzados buques de asalto anfibios clase Mistral, con opción a construir en Rusia dos naves más, se valora en 1.700 millones de dólares y genera cerca de 2.500 puestos de trabajo.
En el momento actual —cuando el contrato ya ha entrado en vigor, Rusia ha empezado a pagar y los astilleros franceses cumplen todos los plazos de construcción previstos— dar marcha atrás supondría no solo la pérdida de beneficios, sino también tener que pagar miles de millones de compensación por incumplimiento.
Además, el sector de la construcción naval francesa se encuentra en una difícil situación. La implementación del proyecto 'ruso' corre a cargo de la empresa STX France. El 33% de esta compañía pertenece al Estado, que lógicamente intenta mantener sus negocios a flote. El mes pasado, los propietarios coreanos del 66% de acciones restante anunciaron su intención de venderlas.
Dado que el conjunto de la industria de la construcción naval francesa recibe un promedio de pedidos comerciales por valor de 1.400 millones de dólares —2.000 millones en el caso de los militares—, perder 1.700 millones más la compensación sería para el sector un verdadero desastre si París obedece las exigencias de Washington de abandonar el contrato.
Además, un hipotético colapso del sector de la construcción naval en Francia supondría la pérdida de importantes tecnologías, secretos y personal experimentado. La industria militar exige una alta especialización de producción, así como tecnologías y habilidades cuya adquisición requiere mucho tiempo, y es difícil encontrar sustitutos en caso de pérdida de un profesional.
Si la empresa quiebra, sus empleados se dispersan en todas direcciones, y cuando posteriormente un país necesita construir una nave moderna no dispone de profesionales capacitados y tiene que empezar el proceso de cero desde la base.
En el peor de los casos, la negativa de construir los Mistral asestaría un duro golpe que podría hundir toda la industria naviera francesa.
Los Mistral son buques de asalto anfibio muy modernos y avanzados que funcionan además como dique portahelicópteros capaces de albergar hasta 900 efectivos, un batallón de tanques y de 16 a 35 helicópteros.
buques de esta clase son los mayores barcos de apoyo de operaciones anfibias existentes, pero además pueden intervenir en otras misiones. Cada uno de estos barcos aloja asimismo un hospital capaz de atender la población de una ciudad de 25.000 habitantes.
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