Occidente rehuirá una confrontación con Rusia

 

Hacer frente a Occidente podría apuntalar Rusia, mientras que los propios países occidentales podrían resultar hasta debilitados. 

Occidente se ha dado cuenta de este riesgo, por lo que no habrá ninguna confrontación seria. Así lo pronostica el conocido programador y analista político, originario de Ucrania , Anatoli Vassermán. En su opinión, además, Occidente "tal vez se abstendrá de una presión efectivamente grave". 

La URSS salió vencida en su antagonismo con Estados Unidos en los años 1980. Fue una victoria conseguida por medio de los recursos intelectuales, admite Vassermán. Pero según decían los líderes soviéticos Vladímir Lenin y Iósif Stalin, los vencidos aprenden cosas con mayor rapidez que los ganadores.

 

"Occidente cifró demasiado las esperanzas en que su victoria sería definitiva –razona–. Como consecuencia, EE.UU. prácticamente no ha renovado su caudal intelectual y ahora, cuando reveló que Rusia dejó de dar taconazos gritando ¡Sí, señor! en respuesta a cada mandamiento, ya no sabe qué hacer". 

Occidente cifró demasiado las esperanzas en que su victoria fuera definitiva EE.UU. era capaz de planificar y cumplir con distintas tareas geopolíticas en la época de la confrontación bipolar. Aquella época se cerró y terminó la elaboración de los planes del dominio global, dice el analista. 

"Por ahora no tiene ni herramientas que funcionarían bien en las circunstancias actuales, ni tampoco un ideario que le permita describir estas circunstancias". Vassermán pronostica el advenimiento de un nuevo socialismo, pero no en un futuro próximo. 

 

En espera de que llegue aquella época es más conveniente que Rusia sea una superpotencia , dice. Para los rusos, precisa, eso significa ser tan fuerte que nadie pueda imponer su voluntad. Este entendimiento, afirma el experto, difiere bastante de lo que comprenden bajo el término de superpotencia en Estados Unidos . 

 "Aún entre los años 1950 y 1960 el Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU, planteó el objetivo de no admitir que exista en el mundo alguna potencia que pudiera desobedecer las decisiones tomadas por EE.UU. –recuerda–. Reconozco que nuestra comprensión de superpotencia es mucho más humana y segura para el resto del mundo". 

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