Las primeras exportaciones tendrán como destino Argelia y Brasil
El INTA ha cerrado un acuerdo con Secapem para que el grupo galo comercialice uno de los desarrollos tecnológicos de la entidad pública: el avión blanco Diana. Las primeras ventas serán a Argelia y Brasil.
Un nuevo programa de investigación del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) comienza a traducirse en una realidad industrial y comercial.
En este caso se trata del Diana, un blanco aéreo de alta velocidad que sirve para realizar ejercicios de tiro con cañones antiaéreos y misiles (tanto tierra-aire como aire-aire) o para simular la amenaza de proyectiles de este tipo.
Fuentes del organismo, dependiente del Ministerio de Defensa y que preside el secretario de Estado Constantino Méndez, avanzaron que se ha llegado a un acuerdo con la empresa francesa Secapem, que se encargará de fabricar y comercializar el sistema Diana.
Las primeras ventas pactadas por el grupo galo serán exportaciones a dos países como Argelia y Brasil, añadieron las mismas fuentes.
Precisamente, la semana pasada, en la feria aeroespacial de Le Bourget (en las afueras de París), Secapem presentó el sistema del blanco aéreo en su estand en la exhibición.
Cooperación previa
Antes de cerrar el acuerdo para comercializar el Diana, el grupo ya había sido seleccionado para el diseño y suministro de uno de sus sistemas (el de target scoring) y se había adjudicado equipos para la operación del blanco aéreo por 41.040 euros.
El INTA, como propietario de la patente del sistema, recibirá parte de los ingresos procedentes de las ventas que pueda cerrar Secapem.
El sistema Diana se compone de un segmento de vuelo y de otro terrestre. El primero es un avión no tripulado, con un alcance de 100 kilómetros y una autonomía de una hora, que recorre una serie de puntos programados a lo largo de los cuales se van activando las diversas cargas útiles que lleva el aparato para facilitar el seguimiento por parte de los sistemas antiaéreos (cañones o misiles) que se quieran probar.
El segmento terrestre es el formado por la estación que controla y monitoriza el avión no tripulado, por el sistema de catapulta que lanza la aeronave y por los equipos de apoyo que verifican y ponen en marcha el sistema antes del vuelo.
El INTA también está avanzando en posibles acuerdos similares para otros de sus desarrollos tecnológicos. Así, un modelo de su Hada, un helicóptero no tripulado que se convierte en avión en pleno vuelo, pudo verse la semana pasada en Le Bourget en el estand del grupo francés Altran, una de las empresa que colabora con la entidad en este proyecto.
El último desarrollo tecnológico del INTA, que fue presentado en la feria aeronáutica de Le Bourget, es el Epod, un sistema de guerra electrónica de bajo coste y consumo, diseñado de forma específica para aviones no tripulados (UAV por sus siglas en inglés) o para aviones blanco como el Diana.
Desde el INTA señalaron que el sistema ya ha despertado el interés de empresas como Indra, Thales o la israelí IAI.
El sistema, de fácil instalación y que solo pesa cinco kilos, sirve para proteger a las aeronaves de armamento basado en radar.
El Epod ya ha sido probado y volado en un UAV en las instalaciones que el INTA tiene en El Arenosillo (Huelva). En octubre se prevé realizar los ensayos
con tiro real, con sistemas de armas como Hawk, Aspide o Patriot.
El desarrollo del nuevo sistema ha llevado tres años de trabajo, con una inversión cercana a los dos millones de euros.
JAVIER L. NORIEGA Madrid
Publicado en Cinco Días el 29 de mayo de 2011 www.cincodias.com
miércoles, 29 de junio de 2011
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