Sigue creciendo la cooperación técnico-militar entre Rusia y otros
países, a pesar de las predicciones de años anteriores sobre una futura
recesión. En la actualidad, Rusia ocupa un indiscutible segundo puesto
en la exportación de armas en el mercado mundial, tras los EE UU. Estas
cifras se han logrado a través de diferentes estrategias, dependiendo de
sus socios de cooperación.
I. Desarrollo conjunto
En primer lugar, la línea de cooperación más
estable y políticamente significativa, pero también la que más tiempo requiere,
es el traspaso de licencias y, en algunos casos, el desarrollo conjunto de
equipamiento militar.
Entre los países con los que Rusia aplica o
desea aplicar esta estrategia están, entre otros, China, India, Brasil y Corea
del Sur. Sin embargo, la cooperación tienen características peculiares en cada
caso.
En la actualidad, esta estrategia solo se
lleva a cabo completamente en relación con India, para quien Rusia es una
fuente de componentes de alta tecnología en los que la industria india ha ido a
la zaga durante décadas.
La segunda área de cooperación con India son
los tanques T-90.
En la actualidad, las Fuerzas Armadas indias tienen unos 800 tanques T-90, la
mitad de los cuales han sido construidos en fábricas locales. La capacidad de
producción de la compañía estatal india Factoría de Vehículos Pesados (HVF)
está creciendo gradualmente: en la actualidad pueden fabricar hasta 140 tanques
al año.
¿Qué vende Rusia a los países de América Latina?
Perú: Helicópteros Mi171Sh, Mi-25P, complejos de misiles KORNET-EM
Brasil: Sistema antiaéreo portátil Iglá, vehículos blindados Tigr
Venezuela: Equipo de artillería automotriz Msta-S, NONA-SVK, tanques
T-72, Complejo de protección costera Bal-E, vehículos acorazados del tipo
BMP-3, fusiles Kaláshnikov AK-103, cazas Su-30MK2, helicópteros Mi-35M, Mi26T,
Mi-17V5
México: Helicópteros Mi17, sistema antiaéreo portátil Iglá,
vehículos Ural
En el marco del desarrollo conjunto de
varios sistemas armamentísticos, los misiles crucero Brahmos (1998) y el caza
de quinta generación
(2007) han sido los contratos más importantes.
China, que llevaba desde 1950-1980
produciendo activamente armas con licencia soviética, ha vuelto a comprar
tecnología rusa para mejorar su industria de defensa. Sin embargo, las copias
con licencia que compraron los chinos pasaron muy rápidamente a la producción
independiente de tecnología, que las desarrolló a partir de las muestras
adquiridas. Pero en muchos casos el proceso de copia fue facilitado por los
departamentos de ingeniería rusos y ucranianos.
Por lo que respecta a Brasil, el máximo
interés de Rusia es la posibilidad de desarrollo conjunto en el ámbito de la
aviación militar y los sistemas de defensa aérea. Si esto se llega a conseguir,
podríamos hablar de la formación de una especie de círculo de países
desarrollados que usan tecnología rusa para diseñar y producir su propio
equipamiento militar. Este acontecimiento podría incrementar significativamente
la estabilidad de la industria militar rusa en el sector más exigente y más
altamente tecnológico.
La segunda estrategia de cooperación técnica
y militar se enfoca hacia países que tienen recursos financieros relativamente
amplios y que se pueden permitir la compra de equipamiento militar de alto
coste. Estamos hablando de Indonesia, Malasia, Vietnam, Argelia, Irak,
Venezuela y Azerbaiyán, entre otros.
La cooperación con estos estados está caracterizada
por un número de contratos bastante elevado: compran equipamiento militar
moderno o versiones simplificadas, aunque el volumen total de las exportaciones
es más pequeño que el de los mega contratos con India o China.
Las perspectivas para la cooperación militar
y técnica en este ámbito han sido cuestionadas debido a los riesgos políticos.
Por ejemplo, la Primavera Árabe ha llevado a varios expertos a hablar del fin
próximo de la cooperación con países de Oriente Medio, y la muerte de Hugo
Chávez
ha puesto en duda la continuidad de la cooperación con Venezuela. Pero estos
temores son infundados.
La refutación más clara de las opiniones
sobre la inestabilidad de las exportaciones de armas rusas a Oriente Medio fue
la firma de un nuevo contrato con Irak
para el suministro de helicópteros, sistemas de defensa aérea y otras armas por
valor de 4.200 millones, que se llevó a cabo en otoño de 2012.
Las entregas
comenzaron en otoño de 2013. Al mismo tiempo, se retomó también la cooperación militar
con Libia.
A comienzos de 2014, se dieron los primeros
pasos para reanudar la cooperación militar y técnica con Egipto,
que en cinco años podría convertirse en uno de los mayores compradores de armas
rusas. La primera transacción, según la versión egipcia, ascenderá a por lo menos
2.000 millones de dólares. Egipto planea adquirir defensa antiaérea, cazas
MiG-29 y helicópteros armados.
III. Mucho por muy poco
La tercera estrategia de cooperación militar
y técnica entre Rusia y el extranjero se refiere a los países en vías de desarrollo,
especialmente en África, América Latina y el sudeste asiático. Los contratos
con estos países normalmente se hacen ad hoc y por cantidades
relativamente pequeñas, que van desde unos pocos millones a varios cientos de
millones de dólares.
Sin embargo, también de aquí se pueden
obtener grandes beneficios. Por ejemplo, en octubre de 2013 se firmó un
contrato con Angola para la venta de armas por un total de 1.000 millones de
dólares, lo que incluía partes para la producción de armamento soviético, armas
de mano, munición, tanques, instalación de artillería y helicópteros
multifunción Mi-17. Además, las partes contratantes acordaron construir en
Angola una planta de producción de armas. También se incluía en el contrato la
entrega de 18 cazas Su-30K, reformados y armados, que anteriormente habían sido
utilizados por la aviación india.
Este contrato refleja bastante bien la
composición de la mayor parte de los acuerdos que se alcanzan con países en
vías de desarrollo, incluyendo los miembros menos desarrollados de la
Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, como Kirguisia y Tayikistán. Estos contratos se refieren a piezas, armas de
mano munición, además de vehículos armados y aviones de segunda mano,
normalmente material previamente usado por el Ejército ruso, remozado y
reparado.
Ahora mismo, el número de países con los que
se usa esta tercera estrategia es el más alto: según los expertos, representan
dos tercios de los más de 70 países que colaboran con Rosoboronexport
(Exportación Rusa de Defensa). Sin embargo, los beneficios anuales procedentes
de este grupo son relativamente pequeños y se calcula que no representan más
del 10-15 % de las exportaciones totales.
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