El
"gobernador popular" de las provincias secesionistas ucranianas de
Donesk y Lugansk, Pável Gúbarev, declaró hoy que a raíz de la operación
especial que Kiev lanzó contra el este del país murieron al menos 10.500
personas.
“Por nuestra parte durante el conflicto murieron al menos 2.000
personas, de las que el 60% eran civiles. Cada ataque de artillería se
cobra decenas de vidas entre la población. Los milicianos casi siempre
quedan a salvo, porque se movilizan con facilidad y se esconden en
refugios”, refirió.
Gúbarev estimó en 8.000 las pérdidas del Ejército y de la Guardia
Nacional. También afirmó que el Gobierno ucraniano ofrece cifras más
bajas que las reales.
Presenta como desaparecidos a los abatidos. “Por
ejemplo, ayer fue liquidada en Shajtiorsk una compañía de la 25º Brigada
Aerotransportada. Las autoridades informaron de 21 muertos, pero la
cifra real fue mucho mayor”, indicó.
Anteriormente, la jefa del Comité regional de las Madres de Soldados,
Irina Popova, denunció a su vez que el Ejército rebaja los datos sobre
sus pérdidas, presentando a muertos como desertores para no pagar
indemnizaciones.
El comandante del batallón de "Donbás" dijo hace poco que el Ejército
pierde de 7 a 8 soldados al día. Mientras milicianos informaron en
Twitter que los militares solo del 9 al 15 de julio perdieron a unos
1.600 efectivos.
© AP/ Evgeniy Maloletka
RIA Novosti
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