La investigación preliminar
apunta a que el aparato no se desintegró en pleno vuelo. “No creo que
podamos excluir la tesis de una acción deliberada; de momento, no
podemos decir más”, dice Remy Jouty, director de la Oficina de Investigación y Análisis francesa (la BEA).
El avión alcanzó los 9.500 metros para establecer a esa altitud su ritmo de crucero. A los investigadores no les llama la atención que el avión registrara variaciones de ruta, ya que son las habituales cuando el recorrido atraviesa zonas tormentosas. A continuación, se observa una disminución de la velocidad y, posteriormente, de la altitud.
Los investigadores se han encontrado con un primer problema al descubrir que la caja negra que actúa como grabadora de voz no funcionaba en los momentos previos al accidente. La banda magnética no es legible.
“Hay señal sonora de la banda”, explica Jouty, pero
“tenía un error de funcionamiento que no tiene que ver con el
accidente”. El presidente de la Comisión de Investigación creada por
Mali, N’Faly Cisse, añade: "Nunca hemos visto un caso como este, de una caja cuya banda magnética ha podido ser recuperada pero no es legible".
Este imprevisto les ha obligado a trabajar con los datos e vuelo, que indican que, unos diez minutos antes de que se estrellara, el avión viró y empezó a caer en espiral.
Este imprevisto les ha obligado a trabajar con los datos e vuelo, que indican que, unos diez minutos antes de que se estrellara, el avión viró y empezó a caer en espiral.
Los expertos creen que el impacto se produjo un segundo
después del último registro, que sitúa al avión a 490 metros del suelo y
a 740 km/h. El impacto fue “extremadamente violento”, según Jouty.
Por ahora, el análisis se centra en determinar la trayectoria del avión. Más adelante, se pasará al estudio de las causas.
Por ahora, el análisis se centra en determinar la trayectoria del avión. Más adelante, se pasará al estudio de las causas.
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