El Soviet R-17, más conocido como Scud, saltó a la fama en Occidente
durante la primera Guerra del Golfo en 1991, cuando fue movilizado por
el ejército irakí de Sadam Hussein contra las fuerzas de EE UU. Sin
embargo, esta arma asequible y fiable ha sido utilizada en todo el mundo
desde los 60, e incluso convertida en un vehículo para lanzamientos
espaciales en Oriente Medio.
Conocido mundialmente como Scud, l Soviet
R-17, ha sido copiado y modernizado infinidad de veces. Se calcula que unos
3.000 de estos misiles han sido disparados en batalla en conflictos mundiales
durante el último medio siglo.
Debido a su simplicidad, su fiabilidad y su
bajo coste, el R-17 ha formado parte de los arsenales de más de 30 países y ha
sido fabricado bajo licencia o simplemente copiado. El primer disparo de prueba
de un R-17 tuvo lugar en 1957, tras dos años de desarrollo, y estaba destinado
a sustituir la primera generación de misiles nucleares tácticos R-11 en la
URSS.
Por su parte, estos derivaban del V2
construido por los nazis, el primer misil balístico del mundo; más de 1.300 de
estos proyectiles fueron disparados sobre Londres en la Segunda Guerra Mundial.
Con el uso de combustible mejorado, el R-17, a diferencia del R-11, podía
seguir en uso más de 20 años sin necesidad de mantenimiento especializado.
Esta y otras innovaciones ayudaron a que su
primera modificación alcanzase un rango máximo de casi 300 kms, aunque era más
pequeño y ligero que el R-11. Contenía cabezas nucleares o explosivas y podía
alcanzar una amplia gama de objetivos en un diámetro de medio kilómetro.
La variante nuclear fue el arma principal de las
fuerzas misilísticas soviéticas, mientras que las unidades con cabezas
convencionales se destinaron generalmente a la exportación.
Desde los 60 a los 80, los misiles Scud se
enviaron en grandes cantidades a los socios internacionales y receptores de ayuda
militar de la Unión Soviética: unos 1.000 misiles se vendieron a países como
Egipto, Irak, Corea del Norte, Cuba, Vietnam, Libia y Siria. Muchos de estos
países comenzaron a producirlos tras comprar la licencia o simplemente
copiándolos.
En 1984 Corea del Norte empezó a fabricar un
equivalente, el Hwasong-5, cientos de los cuales fueron a su vez exportados a
terceros países, incluyendo los Emiratos Árabes, Libia, Egipto y Pakistán, que
a su vez manufacturaron sus propias versiones del misil.
En 1987, Irak perfeccionó la producción del
R-17, denominado Al-Hussein, con mayor rango de alcance al tener un peso
reducido. Bagdag también vendió esta tecnología, a Brasil en particular, que en
1988 también empezó a fabricar estos misiles, llamándolos S-300.
Una subproducto derivado del progama Scud
iraquí fue una modificación del misil para lanzar satélites de 150 kilos al
espacio. Los ingenieros iraquíes utilizaron una versión alargada del Scud,
alrededor de la cual se instalaron cuatro aceleradores que incluían motores
basados en los del misil R-17.
El 5 de diciembre de 1989, el primer aparato fue
lanzado desde la plataforma Al Anbar, 225 kms al sudoeste de Bagdag. Alcanzó
una altura de 25 kms antes de explotar, a los 45 segundos de vuelo. Pero el
programa fue interrumpido por el comienzo de la primera Guerra del Golfo.
Entre los clones y reencarnaciones del Scud
está la versión egipcia, utilizada por primera vez en la guerra de Yom Kippur,
en octubre de 1973, que fue lanzada contra las fuerzas israelíes desde una de
las orillas del Canal de Suez. Mueriron siete soldados israelíes, pero el
simple hecho de que Egipto utilizase misiles balísticos se reveló efectivo como
estrategia disuaroria, ya que suponían una amenaza para los objetivos en la
retaguardia, incluyendo ciudades. Esta posibilidad hizo que Israel se mostrase
más dispuesto a acordar un alto al fuego.
Durante la guerra de 1979-1989 en Afganistán,
también los soviéticos utilizaron R-17 contra el ejército muyadihín, retirado a
lugares bien protegidos en abrigos montañosos.
Debido a la precisión variante del arma, se
disparaba en grupos y normalmente desde una distancia no mayor de 50 kms, lo
que es un rango muy cercano para un arma tan pesada. Los daños producidos eran
más el resultado de la combustión del carburante no utilizado que del estallido
y fragmentación de la cabeza explosiva de casi 1 kilo. Las posiciones enemigas
eran rociadas e invariablemente destruidas con 600 litros de queroseno y más de
2 toneladas de ácido nítrico concentrado. Unos 1.000 misiles fueron lanzados
durante este conflicto.
Durante la guerra Irán-Irak, de 1980 a 1988,
ambas partes usaron Scuds contra centros de población, disparando un total de
600 misiles. Al final de las hostilidades, la infraestructura urbana de la
provincia de Juzestán, en Irán, había quedado casi completamente destruida.
También Irak sufrió grandes daños a resultas del lanzamiento de misiles,
incluyendo su capital, Bagdag.
También se usó el R-17 durante la primera
Guerra del Golfo en 1991. Irak disparó 40 misiles en territorio israelí y otros
46 contra Arabia Saudí. Afortunadamente para la población civil, cayeron en
áreas poco pobladas y apenas hubo víctimas. En Israel murieron dos personas y
11 resultaron heridas.
Pero un Scud alcanzó unos barracones militares en la
ciudad saudí de Dhahran, acabando con las vidas de 26 soldados estadounidenses
e hiriendo a otros 100. Fue la mayor pérdida para las fuerzas de la coalición
en un día durante la operación “Tormenta del Desierto”. Por su parte, los
misiles tierra-aire Patriot, de EE UU, solo consiguieron interceptar com éxito
un 20 % de los Scud, a pesar de su empleo masivo.
En un ataque, 26 Patriots
fueron incapaces de derribar un R-17, un balance extremadamente favorable para
los irakís, ya que un Patriot cuesta tres veces más que un Scud.
El Scud y sus muchos clones todavía se emplean
actualmente en todo el mundo. En términos de precio, simplicidad y fiabilidad,
el R-17 sigue sin encontrar competencia y su adaptación y producción domésticas
son una opción realista para países que previamente carecían de la
infraestructura y bases de frabricación necesarias para el desarrollo de un
arma tan compleja. Y el Scud se ha ganado su puesto en décadas de conflictos
globales como “el kaláshnikov de los misiles balísticos”.
0 comentarios:
Publicar un comentario