El rediseño que Navantia ha acometido del submarino S-80 tras los problemas de sobrepeso detectados en 2013
también están transformando profundamente los propios astilleros de
Cartagena, donde se construyen las cuatro naves de este modelo
encargadas por la Armada Española.
El almirante José Manuel Sanjurjo,
director de la empresa en sus instalaciones de Cartagena, recuerda que
cuando afloraron las complicaciones “lo primero que hicimos fue tocar
zafarrancho de combate” para inmediatamente reconocer “la enfermedad”.
De este modo, la empresa se puso pronto manos a la obra, no sólo para
acometer “una transformación que asegure con toda garantía la entrega
del submarino”, sino que “al mismo tiempo” la prioridad también pasó a
ser “hacer una estrategia que nos asegure que volvemos al mercado”, lo
que en este negocio supone “competir con todas las grandes potencias
industriales europeas”.
“Si queremos vender submarinos tenemos que jugar en primera división,
y ahí no se puede jugar con camisetas remendadas ni botas de segunda
mano: hay que ponerse las pilas”, explica.
Ahora, la empresa no sólo está luchando contra el reloj para tener
listo el encargo cuanto antes, sino que, con estas premisas, está
aprovechando la situación para mejorar sus formas de trabajo y
adelantarse a la nueva revolución tecnológica.
El buque que se
desarrolla ahora será el primer “submarino digital” de la historia de
la empresa, lo que permite a toda la comunidad en torno al S-80
(cliente, ingenieros, constructores, proveedores) conocer en tiempo
real la última novedad en todos los aspectos (contratos, diseño,
pedidos) relacionados con el programa.
Por primera vez, además, el
diseño, la construcción y las pruebas se realizan al mismo tiempo, lo
que permite aligerar los procesos y reducir los tiempos hasta un 60 por
ciento, “y esto económicamente es tremendo”.
Estas son algunas de las novedades que el director del Astillero de Cartagena, el almirante José Manuel Sanjurjo, explicó el pasado otoño en esa ciudad murciana en el 53º Congreso de Ingeniería Naval e Industria Marítima.
Ante un auditorio repleto de ingenieros navales, Sanjurjo reconoció que el programa S-80
“está saliendo de una situación difícil” y bosquejó la “transformación
profunda” acometida por el astillero para cumplir con la entrega y, de
paso, mejorar la empresa.
Se trata de unos cambios “muy valientes y que
probablemente es la primera vez que se inician en la industria naval
militar”, explicó.
Además, “muchas de las lecciones que estamos aprendiendo aquí día a
día y duramente creo que son transferibles el día de mañana al resto de
la industria naval”.
Sanjurjo reiteró durante su clase magistral el doble esfuerzo que
está acometiendo el astillero: “uno es el diseño y la construcción del
submarino, pero casi tan importante como esto es la transformación” que
se ha emprendido de la empresa. Y aclaró: “Esto va mucho más allá de la
transformación únicamente de un astillero”. El vicealmirante lo ligó
directamente con la profunda transformación de todo el tejido industrial
que está a punto de llegar.
Existe una “inquietud no solamente de reindustrializar Europa, sino
de cambiar también su tejido industrial, y desde luego que los
astilleros en general y la industria naval en particular no pueden
quedarse fuera”.
Entre las tendencias que auguran ese futuro se encuentra la
digitalización universal del proceso productivo, lo que “ya nos está
cambiando la vida”.
Apagón analógico
“Uno de los grandes ejes que tenemos [en nuestro proceso de
transformación] es hacer un astillero digital”. Conceptos como la
automatización, la robotización y la digitalización caracterizarán el
futuro tejido industrial “y si queremos competir no nos podemos quedar
fuera de eso”.
El reto es lograr “que desde el individuo que hace el diseño en el
teclado del ordenador hasta la producción, todo esté digitalizado”, con
lo que además se logra un “ahorro de tiempo tremendo” y la seguridad de
que todo el mundo tiene en todo momento las últimas especificaciones
técnicas del programa, algo poco menos que imposible si los procesos son
analógicos, lo que es fuente de constantes contratiempos.
Se trata, además, de lo que se conoce como “teclado al cliente”, ya
que éste también tiene un acceso constante desde su pantalla a la última
hora del proyecto. “Estamos creando un submarino digital, un submarino
cibernético”, resume Sanjurjo, “en el que toda la comunidad que hay
alrededor del S-80 está viendo ese submarino cibernético.
Una vez que se
aprueba [una nueva especificación] por nuestros procedimientos
internos, lo que hay en el submarino cibernético es la última hora”.
A este desarrollo, continúa, “no nos hemos lanzado a ciegas, sino que
hemos hecho experiencias piloto y tenemos absoluta confianza en que va a
funcionar”, al punto de que el astillero ya prepara su “apagón
analógico”.
Objetivo: adelantar a la competencia
Además, apuntó, puestos a luchar por ponerse “a la misma velocidad” a
la que está la competencia, “ya que hacemos una transformación lo
lógico es ponernos un poco por delante de donde están ellos, y eso fue
realmente lo que atacamos”.
Los plazos para acometer los cambios, por tanto, se antojan
fundamentales. Sanjurjo señaló en este sentido: “Si la metamorfosis no
la hacemos de aquí al verano perdemos la ventana de oportunidad de que
todo lo que hagamos sea aplicable al programa” del S-80. Tras ese periodo el proceso aún no habrá concluido, “pero el paso gigantesco lo tenemos que dar en doce meses”.
Sanjurjo aclaró que los cambios no afectan a la infraestructura del
astillero, que funciona bien, sino que inciden en su estructura.
De paso, junto a la transformación que la empresa ha acometido sobre
la base de cuatro grandes ejes de gran complejidad, se ha iniciado su
certificación en la norma de calidad ISO 9100, creada
en origen para el aumentar la calidad, la fiabilidad y la seguridad de
los productos aeroespaciales.
“Creo que a nadie se le había ocurrido
aplicarla a un astillero”, apuntó Sanjurjo, si bien reconoció que
iniciaron el proceso “porque nos consta que alguno de nuestros
competidores lo está haciendo”.
Sanjurjo resume la importancia de estos cambios a los ingenieros más
jóvenes de la empresa diciéndoles: “Estáis viviendo un momento
histórico, no sólo en construcción naval, sino que se trata de una
revolución a nivel industrial”.
Fotos: Ginés Soriano
Infodefensa.com
0 comentarios:
Publicar un comentario