En opinión del presidente de la Unión de Marineros Militares, el capitán retirado de primer rango Anatoli Kresik, el conflicto de Ucrania y los problemas de importación derivados del mismo han puesto la ‘cruz’ a la fabricación de los Varshavianka. 

“Hasta el 70 % de los componentes del submarino nos los suministraba Ucrania y ya no nos quedan. Por otra parte, Occidente también ha dejado de suministrarnos algunos equipos. Creo que la renuncia tiene que ver con esto: hemos hecho cuentas y no nos salen. Ya no es posible mantener los Varshavianka por más tiempo y si además pasamos a un nuevo proyecto, todavía peor”, declaró Kresik en una entrevista para el Servicio Nacional de Noticias.

Sin embargo, según el director general del departamento de Economía Externa de la empresa ‘Rubin’, Andréi Baranov, la fabricación de una serie de naves de tipo Varshavianka para la Flota del Mar Negro estaba condicionada a la congelación, en ese momento, del nuevo proyecto 677 Lada. 

“El proyecto 636 dispone, sin duda, de recursos para modernizarse, pero probablemente este será el último encargo para la Armada rusa de buques no nucleares de este proyecto. Después pasarán a fabricar submarinos de última generación en el marco del proyecto 677 Lada”, comentó Baranov a la agencia RIA Novosti.

La Armada rusa apostará por los nuevos buques no nucleares, cuya instalación energética es independiente del aire. Para 2016-2017 estará acabada dicha instalación. La presencia de un motor como este, con un sistema de propulsión independiente del aire, permite a los submarinos desplazarse con más sigilo y aumentar la duración de los descensos sin necesidad de subir a la superficie para cargar las baterías.

Actualmente, el submarino principal del proyecto Lada, el San Petersburgo, está siendo sometido a prueba. Según el comandante en jefe de la flota rusa, el almirante Víctor Chirkov, hasta finales de 2020 la flota rusa adquirirá otros cuatro submarinos no nucleares del nuevo proyecto con equipos energéticos independientes del aire.

En comparación con los submarinos del proyecto Varshavianka, el nivel de ruido de los Lada, según el fabricante, se ha reducido varias veces, lo que, en combinación con la unidad hidroacústica de última generación, supone una ventaja a la hora de detectar buques enemigos de cualquier tipo y a largas distancias.

El Varshavianka era uno de los proyectos más exitosos en la fabricación de submarinos. Es sigiloso, tiene un diseño acertado, un alto grado de automatización en los procesos de control de la nave, un potente equipamiento —que incluye misiles, torpedos y minas—, unas condiciones para la tripulación bastante plausibles y, además, su mantenimiento y manejo resultan muy sencillos. En todo este tiempo se han fabricado más de 20 submarinos de este tipo.

A pesar del éxito en la exportación de los submarinos de tipo Varshavianka, que se han enviado a China, Vietnam y Argelia, actualmente los compradores potenciales se inclinan por submarinos con propulsión independiente del aire. La competencia entre los fabricantes de submarinos no nucleares se ha incrementado ostensiblemente.

Los fabricantes rusos de submarinos no nucleares  tendrán que competir por los clientes ofreciendo nuevas soluciones tecnológicas en el campo de la construcción naval. La falta de financiación de finales de los 90 y principios de la década del 2000 condujo al atraso tecnológico de Rusia en el diseño de sistemas de propulsión independientes del aire y, actualmente, los astilleros rusos se ven obligados a recortar cuanto antes la distancia que les separa de la competencia extranjera. Una razón más para que la flota rusa se despida de los Varshavianka.

Fuente:Alexéi Danichev/ RIA Novosti
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