Aunque los datos sobre el NR-1, nombre el clave con el que se llegó a conocer, son bastantes escasos, sí se sabe que fue botado en 1969 y estuvo operativo hasta hace una década.
Diseñado por Hyman Rickover, el ingeniero y almirante que creó los
buques y submarinos atómicos estadounidenses más admirados en los años
60 y 70, esta nave ha sido considerada durante décadas un
submarino ‘fantasma’ al no figurar en ningún documento oficial de la
Armada...aunque se rumoreaba sobre su existencia.
Destacaba por su eslora -longitud- de 42,67 metros y su sistema de propulsión nuclear,
algo que le garantizaba una autonomía casi infinita –se dice que podía
permanecer sin salir a superficie durante un mes-. Además, su
diseño también le convirtió en el submarino que más profundidad podía
alcanzar -915 metros- de todos los utilizados por la Armada
estadounidense en la época.
Incluía un original sistema de ruedas desplegables
que le permitía posarse sobre el fondo marino y desplazarse por él
gracias a sus turbinas. Por otro lado, para manipular objetos situados
en el exterior disponía de un brazo articulado que
podía ser controlado gracias a que el operario que lo manejaba era
capaz de ver el exterior a través de tres pequeños ojos de buey
–ventanas redondas propias de los buques-.
Recuperó dos bombas atómicas caídas en España
De las contadas misiones que se le 'adjudicaron' a esta nave
destacan: las que debían localizar las rutas que efectuaban los
submarinos soviéticos, algunas operaciones para cartografiar zonas del
fondo marino de interés militar, además de la ejecución de labores de
salvamento.
Como curiosidad, entre sus hitos están la
recuperación de dos bombas atómicas caídas de un bombardero
norteamericano frente a Palomares -Almería- y el rescate de los componentes del transbordador espacial Challenger,
que explotó en 1986 poco después de su lanzamiento en Cabo Cañaveral
-California-.
La guerra fría -el enfrentamiento en todo tipo de
campos, entre EEUU y la URSS desde 1945 hasta la caída del muro de
Berlín en 1989- fue uno de los conflictos estratégicos más apasionantes
de la historia y la lucha por informar y desinformar se convirtió en
una poderosa arma de disuasión.
Aún hoy, los expertos discuten sobre la
existencia de algunos mitos y leyendas de aquella época, como la red
de escuchas Echelon –que detectaba cualquier conversación
telefónica con palabras como ‘bomba’, ‘atentado’.
Entre ellas también
está la del conocido como ‘submarino fantasma’. Se trata de los
secretos mejor guardados por el Pentágono e incluso en nuestros días
se considera que existe mucha 'información oscura' en torno a él.
Su leyenda se ha incrementado con todo tipo de declaraciones que han
sido publicadas por los medios de comunicación por supuestos tripulantes
del NR-1, que dieron a conocer que ni siquiera sus esposas conocían su
trabajo en él.
Ahora, tras casi una década en una de las dársenas de la base naval de la US Navy en Groton -Connecticut-, donde estuvo situado su centro de operaciones, la Armada estadounidense ha restaurado el NR-1 y lo mostrará en el museo abierto al público que tiene la base - Ussnautilus.org-, uno de los mejores de este tipo en EE.UU.
JJ. Altea
http://www.onemagazine.es
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