En
2008, con el trasfondo del problema que la avalancha de cayucos
africanos a las costas españolas generó, FRONTEX organiza un dispositivo
en el marco del cual la Guardia Civil española plantea a Indra la
necesidad de probar un nuevo sistema aéreo para vigilancia marítima,
capaz de cubrir un radio que se extendiera más allá de las 30 o 40
millas que alcanzan los sistemas costeros y que fuera por tanto capaz de
abarcar todas las aguas territoriales.
La idea era buscar una alternativa a los
aviones pesados de patrulla marítima, responsables tradicionalmente,
junto a las fuerzas navales o los helicópteros, de la vigilancia de las
Zonas de Exclusividad Económica (ZEE). Estas opciones, además del
elevado coste de adquisición de las plataformas en sí, presentan
elevados costes de operación, por el alto consumo de combustible por
hora y, además, si no están dotadas de radar de vigilancia marítima, sus
prestaciones son limitadas.
Con este reto en la mano, Indra comenzó
probando la efectividad de sistemas satelitales de baja órbita para
estas tareas de vigilancia, pero los resultados no fueron
satisfactorios. Descartada esta vía, se pensó en los sistemas aéreos no
tripulados. Se alquiló así un UAV Heron, integrándolo en el SIVE de
Canarias y poniéndolo a prueba 15 días sobrevolando las aguas del
archipiélago, pero el resultado tampoco fue el deseado. Por un lado la
adquisición del UAV es cara, por otro no existía, y sigue sin existir,
un marco legal que regule y permita el libre uso del espacio aéreo por
sistemas no tripulados.
Descartada también la opción de los UAV,
la empresa llega a la conclusión de que la solución se encuentra en la
adaptación de una aeronave que, siendo capaz de cubrir el área que se
demanda, tenga un bajo coste de adquisición, la capacidad de carga de
pago y autonomía que se precisa y, muy importante, un muy bajo coste de
operación y mantenimiento. Entra así en escena el bimotor de hélice
P2006T MRI del fabricante italiano Tecnam.
Firmado un acuerdo con los italianos, se
lleva a cabo la integración de todo el equipo de vigilancia y
reconocimiento que precisa la aeronave. La primera elección es el radar
aéreo, optándose por el Seaspray 500E de Selex, un radar de vigilancia
tipo AESA y no sujeto a restricciones ITAR y con un excelente
comportamiento en situaciones de marejada. Se selecciona e instala
asimismo e la aeronave una cámara Flir Systems de última generación y
capaz de captar imágenes a 20 km., un Sistema de Identificación
Automática de embarcaciones (AIS), mundialmente empleado en misiones SAR
y de vigilancia marítima y un Sistema de Navegación Inercial. El
conjunto se completa con una Estación de Soporte en Tierra (EST), que
recibe y gestiona toda la información enviada desde la aeronave por un
radio-enlace. El avión, con todo este equipamiento, precisa de un solo
piloto, con mínimos requisitos de certificación (PPL/ME) y de un
operador.
El resultado final es un Sistema Aéreo
de Vigilancia Marítima que permite cubrir áreas marítimas de 3.000 a
8.000 millas náuticas cuadradas y capaz de ejecutar multitud de misiones
con muy bajos costes operativos, mejorando el rango de detección de
cualquier sistema de vigilancia costera.
La reducción de los costes operativos era una prioridad para Indra y fue un factor determinante en la elección del P2006T MRI, que consume únicamente 24 litros/h de gasolina de automoción, (se calcula en unos 100 dólares el coste de la hora de vuelo) y cuyo precio de adquisición se sitúa, de media, un 40 por ciento por debajo respecto a las plataformas aéreas más económicas que hay hoy en el mercado. Además, puede operar desde aeropuertos muy pequeños y tiene 3,5 horas de autonomía.
La reducción de los costes operativos era una prioridad para Indra y fue un factor determinante en la elección del P2006T MRI, que consume únicamente 24 litros/h de gasolina de automoción, (se calcula en unos 100 dólares el coste de la hora de vuelo) y cuyo precio de adquisición se sitúa, de media, un 40 por ciento por debajo respecto a las plataformas aéreas más económicas que hay hoy en el mercado. Además, puede operar desde aeropuertos muy pequeños y tiene 3,5 horas de autonomía.
El patrullaje típico es una misión de
vigilancia de 5.000 millas cuadras a 50 millas de la base. En esta área,
y con un estado de mar 3 (marejada), el P2006T MRI tiene un 80% de
probabilidades de detectar un bote, un 90% de detectar una embarcación
tipo Zodiac y un 95% a una lancha rápida.
La fase de comercialización ya está próxima, en tanto en cuanto en junio próximo comienza la fase de evaluación operativa, que se hará en Almería, y en septiembre se estará ya en condiciones de poder vender.
La fase de comercialización ya está próxima, en tanto en cuanto en junio próximo comienza la fase de evaluación operativa, que se hará en Almería, y en septiembre se estará ya en condiciones de poder vender.
El futuro: Optionally Piloted Vehicle
Pero el punto de inflexión llegará en
diciembre de este mismo año. Para entonces Indra habrás desarrollado una
versión software que permitirá que el operador pueda hacer su trabajo
en tierra en lugar de en la aeronave. Si las pruebas concluyen con los
resultados esperados el paso siguiente será convertir al P2006T MRI en
un UAV, para lo que Indra, en cooperación con Tecnam, estima precisará
no más de 18 meses.
Probada esta capacidad, el P2006T MRI pasaría a ser un aparato capaz de llevar a cabo operaciones con o sin piloto, un OPV.
Cualquier operador que hubiera adquirido
el Sistema antes de certificarse este paso a Optionally Piloted Vehicle
podrá reconvertir sus aeronaves, simplemente adaptándolas a esta
versión.
Indra da así un paso adelante con el P2006T MRI y pone en el mercado una opción perfecta y, fundamentalmente, diseñada para ser muy competitiva desde el punto de vista económico, que prevén será muy bien acogida en América Latina, donde la versión “Green Border”, para la vigilancia de fronteras terrestres, que ya se está evaluando, será igualmente una opción muy interesante. Prueba de la importancia que la empresa otorga a este mercado, es el protagonismo que se ha concedido al P2006T MRI en el stand de Indra en la mayor feria aeronáutica y de Defensa en América Latina, FIDAE.
Indra da así un paso adelante con el P2006T MRI y pone en el mercado una opción perfecta y, fundamentalmente, diseñada para ser muy competitiva desde el punto de vista económico, que prevén será muy bien acogida en América Latina, donde la versión “Green Border”, para la vigilancia de fronteras terrestres, que ya se está evaluando, será igualmente una opción muy interesante. Prueba de la importancia que la empresa otorga a este mercado, es el protagonismo que se ha concedido al P2006T MRI en el stand de Indra en la mayor feria aeronáutica y de Defensa en América Latina, FIDAE.
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