Un ataque masivo de misiles lanzado desde los territorios palestinos sigue suscitando dudas en la eficiencia económica y combativa de los misiles interceptores israelíes, que lograron cortar el paso a tan solo un 30% de los misiles disparados.
Ataque del sábado
El pasado viernes, 9 de marzo, las Fuerzas Armadas de Israel bombardearon la Franja de Gaza y abatieron al líder del grupo palestino Comités de Resistencia Popular, Zuhair Qaisi, y a su asesor Mahmud Hanani, acusados del adiestramiento de los terroristas.
En respuesta, los movimientos radicales palestinos dispararon al día siguiente unos 120 misiles contra Israel. En su mayoría, fueron misiles artesanales Kassam, así como proyectiles reactivos no guiados de 122 mm que se usan en lanzamisiles múltiples sobre plataforma móvil BM-21 Grad, de marca rusa.
Esto se puede comparar con los acontecimientos que tuvieron lugar en 2006, durante la Segunda Guerra del Líbano (del 12 de julio al 14 de agosto de 2006), cuando los milicianos libaneses dispararon unos 4.000 proyectiles de diversos calibres contra diversas localidades del norte de Israel.
El reciente ataque con misiles volvió a poner a prueba el sistema de defensa antimisiles israelí 'Cúpula de Hierro', desplegado para proteger varios barrios urbanos en el sur de Israel desde 2011. Tres baterías resultaron demasiado eficientes: de los 29 misiles que amenazaban a los barrios residenciales en su radio de acción, 27 fueron interceptados. Pero todos los demás proyectiles impactaron sus blancos y el ataque masivo de misiles volvió a centrar la atención en la necesidad proteger a los civiles en el territorio palestino mediante un sistema eficaz de defensa antimisiles.
Israel necesita sombrilla
Israel es un Estado pequeño y en una situación en la que resulta imposible liberar los territorios árabes de los extremistas radicales, Tel Aviv debería acostumbrarse a los ataques de misiles contra los barrios judíos. Pero “acostumbrarse” no es lo mismo que “conformarse”.
Desde hace tiempo, Israel empezó a llevar a cabo varios experimentos con el fin de desarrollar el sistema de defensa antimisiles capaz de derribar blancos a distancia corta.
En 1996, en el marco del proyecto Nautilus, se creó un sistema que debía abatir misiles con armas láser. En los 2000, apareció una nueva versión del sistema antimisiles israelí, Skyguard, diseñada por la empresa estadounidense Northrop Grumman en cooperación con Israel. El sistema fue testado, pero no empezó a fabricarse en serie debido a varias causas.
Según la prensa israelí que cita la opinión de muchos expertos, incluido a Oded Amichai, experto en tecnología láser que anteriormente trabajaba en el consorcio israelí Rafael, la decisión se tomó bajo la presión del lobby del sector de defensa de Israel, que intentaba impedir que se firmara contratos importantes con las compañías extranjeras.
A mediados de los 2000, los militares israelíes renunciaron al sistema de defensa antimisiles con láser y centraron su atención en los misiles interceptores. Así, apareció el sistema 'Cúpula de Hierro', las primeras tres baterías que se desplegaron en Israel en 2011. Este sistema se representaba como la protección ideal de los ataques de misiles hipotéticamente lanzados por terroristas palestinos.
Se trata de un sistema tradicional de misiles de corto alcance en el que se logró interceptar proyectiles no guiados abatiéndolos con los misiles interceptores Tamir. Según los datos oficiales, el radio máximo de acción de este sistema fue inicialmente 40 kilómetros, y posteriormente, 70 kilómetros.
Este sistema fue costoso. Israel gastó para su desarrollo 205 millones de dólares y cada batería de la 'Cúpula de Hierro' cuesta unos 50 millones de dólares sin tomar en consideración el coste del propio misil.
El sistema de control debía ser ligado a un mapa zonal del terreno y evaluar parámetros balísticos del blanco hipotético. Se podían lanzar ataques solo en caso de que se haya asegurado de que el blanco no se encontrara en los barrios residenciales.
Economía de la época de la Guerra Fría
El coste de misiles interceptores Tamir sigue siendo un secreto hasta hoy en día. Según las cifras oficiales presentadas por los militares israelíes, un misil cuesta 40.000 o 45.000 dólares.
Pero varios expertos de Israel anunciaron que sería posible conseguir tales valores solo en caso de que se iniciara la producción en serie de los misiles interceptores. E incluso en este caso, se trataría más bien de la estimación de gastos que del coste.
Según las estimaciones de expertos independientes publicadas con frecuencia en los medios de información israelí, el coste actual de los Tamir es de 50.000 a 100.000 dólares
Teniendo en cuenta que se necesitan dos misiles para abatir un solo blanco, el coste de intercepción de los Kassam o de proyectiles reactivos no guiados que se usan en lanzamisiles múltiples Grad parece excesivo.
El contraste es el más notable cuando se compara la política de la defensa israelí con la economía palestina de la guerra de posiciones con misiles.
El misil artesanal Kassam incluye los siguientes elementos: un trozo de tubería, el llamado "combustible" –una mezcla de azúcar con un fertilizante– y el elemento explosivo compuesto de una mezcla de trilita con otros fertilizantes y un detonador primitivo. Este misil cuesta de 200 a 500 dólares.
Para los que consideran inadmisible derribar tales blancos baratos con el armamento de alta precisión, en 2008 se empezaron a importar los misiles iraníes cuyo prototipo es el misil Grad, de marca rusa.
El coste de un proyectil importado desde Israel es de unos 1.000 dólares. La precisión deja mucho que desear, pero este misil es capaz de derribar blancos en los barrios residenciales.
Resulta que Israel debe pagar casi dos veces más por la defensa que los palestinos por el ataque. Es demasiado caro, concluyen los militares, pero la seguridad de los ciudadanos es la prioridad.
El ministro israelí de Defensa, Ehud Barak, declaró que es necesario comprar “decenas de miles” de los Tamir para que sean eficaces.
Además de los pedidos para los sistemas de radio de acción medio y misiles interceptores de misiles de alcance medio Arrow, Barak evaluó los gastos generales que se destinan para el escudo antimisiles israelí y ascienden a 7.000 o 8.000 millones de dólares.
La prensa israelí parece más escéptica, al anunciar que el coste de este proyecto es de unos 50.000 millones de dólares.
En realidad, Israel no dispone de tanto dinero, a pesar de la ayuda financiera que EEUU destina al sector militar israelí. Pero parece que esto no es el problema principal.
Normas éticas aplicadas al escudo antimisiles
Uno de los episodios más complicados que se han producido en torno al despliegue de la 'Cúpula de Hierro' fue la historia con la protección de colonias adyacentes al muro que separa la Franja de Gaza árabe de Israel.
En diciembre de 2010, la prensa israelí publicó la información suministrada por una fuente anónima de la Fuerza Aérea del Estado judío. Según la fuente, es muy difícil emplear el escudo antimisiles cerca de la Franja de Gaza.
El tiempo mínimo necesario para activar el sistema de destrucción de los blancos con el posterior lanzamiento de misiles interceptores es de 15 a 30 segundos. Pero, según la fuente, los misiles artesanales palestinos también alcanzan varias colonias judías ubicadas cerca de la Franja de Gaza en 15 o 30 segundos. Por eso no hay ningún sentido en el despliegue del sistema de defensa antimisiles en este territorio.
Como resultado, se decidió no desplegar la 'Cúpula de Hierro' en las inmediaciones de la Franja de Gaza. Es curioso que la eficacia de la defensa de la ciudad israelí de Sderot suscite dudas relacionadas con la corta distancia entre las colonias y el lugar de emplazamiento de los misiles.
En Sderot empezaron las primeras pruebas de este sistema que no ha sido desplegado allí. El Consejo regional de Eshkol cuyos terrenos quedaron sin protección presentó una demanda judicial exigiendo desplegar el escudo antimisiles y asegurar la defensa de los territorios adyacentes a la frontera con la Franja de Gaza.
En agosto de 2011, el Tribunal Supremo de Israel rechazó la demanda atribuyéndolo a causas financieras, de seguridad y peculiaridades de uso operativo del sistema de defensa antimisiles.
¿Por qué la 'Cúpula de Hierro' no ha podido cumplir su misión principal de proteger a las colonias judías que pueden ser directamente atacadas desde los territorios palestinos? Es posible que esta tarea no se haya planteado durante el proceso de desarollo del sistema.
En otoño de 2010, el general Gadi Eizenkot, comandante de Distrito militar del Norte y candidato al cargo del jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas de Defensa de Israel, destrozó la imagen que la 'Cúpula de Hierro' había estado creándose durante varios años.
"Los ciudadanos de Israel no deben hacerse ilusiones acerca de que alguién les ofrezca una sombrilla”, declaró el general al pronunciar un discurso en la Universidad de Haifa. “El sistema fue desarrollado para la protección de los militares, aunque esto pueda provocar víctimas entre los civiles durante los primeros días de combates”, añadió.
Su declaración aclaró las cosas y ahora podemos entender que para obtener recursos para el desarrollo de un programa tan costoso fue necesario convencer a los israelíes de la necesidad de realizar la tarea muy importante de garantizar la seguridad en la región fronteriza. Al fin y al cabo, las Fuerzas de Defensa de Israel disponen de un sistema eficaz de defensa contra misiles no guiados y proyectiles de artillería. Y la posibilidad de aplicarlo en reiteradas ocasiones para proteger a los civiles es un éxito adicional del programa que si no hubiera sido orientado verbalmente a la defensa de los barrios residenciales nunca habría recibido la financiación suficiente.
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