El Ejército ruso está
llevando a cabo en Kolomna, a las afueras de Moscú, pruebas de tiro de
su más avanzado sistema de misiles antitanques, el “Khrizantema-S”
(Crisantemo), en la que ha atravesado con facilidad protecciones de 120
mm. Montado sobre el chasis de un blindado BMP-3, que está dotado de dos
motores anfibios y una autonomía de 600 kilómetros, es capaz de
derribar un objetivo acorazado en ausencia total de visibilidad e
independientemente de las condiciones meteorológicas.
El
“Khrizantema-S”, que está sustituyendo al Shturm (AT-6 Spiral), comenzó
a recibirse de forma masiva el año pasado. Pero en Koloma, la oficina
de construcción de maquinaria trabaja ya en nuevas modificaciones. Se
evalúa así su montaje sobre cualquier tipo de plataforma de hasta tres
toneladas, lo que podría ser desde un camión, a un helicóptero o incluso
una lancha.
El sistema completo está compuesto de 15 misiles ultrasónicos de
calibre 152 mm guardados en contenedores especiales y con un alcance de
vuelo de ocho kilómetros. Pero, según el ingeniero jefe de la oficina de
construcción automóvil de Kolomna, Valeri Kashin, la mayor virtud del
sistema de misiles es que es capaz de detectar y derribar objetivos en
condiciones de ausencia absoluta de visibilidad y bajo las condiciones
climatológicas más adversas.
Frente a las cabezas ópticas o láser de autoguiado de otros misiles antitanques, los del sistema “Khrizantema-S” cuentan, como su principal virtud, con dos modos de guía: óptica con láser y de radar. Gracias a estos dos canales, un sistema de orientación dual que garantiza la protección contra las contramedidas electrónicas, el Crisantemo puede detectar y disparar dos objetivos con una cadencia de tiro de cuatro segundos. Es capaz de lanzar misiles no solo desde tierra, sino también mientras se desliza por el agua. Su radar, en la gama milimétrica de la onda (100-150 gigahercios), apenas deja objetivos invisibles.
Mediante un sistema de guía SACLOS, se faculta el disparo de dos misiles simultaneamente a dos objetivos distintos, con un misil guiado por láser y otro por el radar. Según el director del departamento de construcción de la oficina de Kolomna, Leonid Sizov, “por sus características de combate, una batería de tres “Khrizantema-S” es capaz de detener un ataque de una compañía de tanques de 14 unidades. Si se utilizan misiles con ojivas explosivas o termobáricas se pueden utilizar eficazmente contra tropas de infantería del enemigo”.
defensa.com
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