Según fuentes diferentes, la visita, aún no
confirmada oficialmente, puede tener lugar entre el 12 y el 13 o el 16
de agosto próximo.
Formalmente, la exportación de
S-300BM Antey-2500 a Irán no contradice al decreto de prohibición de la
venta de esa clase de armas a Teherán firmado en septiembre de 2010 por
el entonces presidente de Rusia, Dmitri Medvédev.
El nuevo misil tiene marcación distinta y fue fabricado por una planta
diferente. En algunos aspectos es mejor que el anterior, acota el
director del Centro de Pesquisas Sociopolíticas, Vladímir Ievseev:
-
El S-300BM es más bien un sistema antimisiles que antiaéreo. Ésta es su
principal ventaja ante el S-300, sobre todo en la interceptación de
misiles balísticos. Esto tiene mucha importancia para Irán.
Hipotéticamente, si se ve atacado, el primer ataque será de misiles y es
vital interceptarlos.
El que en su tiempo fuese
cancelado el contrato de venta de S-300 no tenía relación directa con el
endurecimiento de las sanciones contra Irán por parte del Consejo de
Seguridad de la ONU, de acuerdo a su resolución de junio de 2010, aclara
el experto. El S-300 es un arma puramente defensiva, de la que esa
resolución №1929 no dice nada en absoluto.
Simplemente, Rusia no quería
“hinchar la atmósfera” en torno a Irán, ya sin ello bastante tensa, y le
dio una interpretación ampliada al documento de la ONU. Irán reaccionó
con una demanda judicial contra Rusia por cuatro mil millones de dólares
de pérdidas comerciales. Gran parte de este monto corresponde al
incumplimiento de los contratos anteriores congelados conforme al
acuerdo de 1995 entre el vicepresidente de EEUU, Al Gore, y el primer
ministro de Rusia, Víctor Chernomirdin.
La venta de S-300BM ayudaría a cerrar ese difícil capítulo de las relaciones entre Irán y Rusia, sostiene Vladímir Ievseev:
–Los
análogos iraníes son mucho menos eficaces que los S-300BM Antey-2500.
De ahí el interés de Irán por estos últimos. Creo que si le vendemos
estos misiles, revocará su demanda contra Rusia por el incumplimiento de
los contratos anteriores en el ámbito de la cooperación
técnico-militar.
Sin embargo, es posible que
Teherán insista en la venta de S-300, por lo que los S-300BM no serán
ninguna solución. He aquí lo que opina al respecto el analista del
Centro de Seguridad Internacional en el Instituto de Economía Mundial y
Relaciones Internacionales de la Academia de Ciencias de Rusia, Piótr
Topichkánov:
–Irán
debería ser más constructivo en sus negociaciones con el OIEA para que
la ONU suavice sus sanciones. En este caso, podríamos venderle S-300. El
cambio no le conviene. Las versiones modificadas del S-300 provocarían
protestas por parte de Israel y naciones europeas.
Los
antimisiles no son el único tema de la próxima visita de Vladímir Putin
a Teherán. También nos gustaría saber hasta qué punto está dispuesto a
flexibilizar su postura respecto al programa nuclear iraní el nuevo
presidente electo del país, Hassan Rouhani, conocido como partidario de
las reformas. Putin será el primer líder extranjero en visitar Teherán
tras la investidura de Rouhani el próximo 3 de agosto. Si el viaje tiene
categoría de una visita de Estado, será un evento histórico, el primero
de tan alto nivel desde 1943.
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