La compañía sueca Saab ha firmado un contrato con ASC (siglas de la australiana Australian Submarine Corporation)
para modernizar la gestión integrada de control del buque y el sistema
de monitores de los submarinos (conocido todo ello por las siglas, en
inglés, ISCMMS) Collins. Australia
está alargando la vida operativa de estos sumergibles, antes de
sustituirlos por un nuevo modelo mediante un programa en el que la
española Navantia está interesado para ofertar sus buques S-80.
El acuerdo alcanzado ahora con Saab está valorado en 180 millones de
coronas suecas (20 millones de euros), y está enfocado a la
actualización de sistemas y componentes electrónicos para evitar futuros
problemas de obsolescencia y asegurar el funcionamiento fiable del
ISCMMS.
El contrato, que se ejecutará de aquí a 2016, demuestra para Saab que ASC y la Armada Australiana “continúan mostrando fe en nuestras soluciones de alta tecnología”, explica la directora del área de negocios de Seguridad y Soluciones de Defensa de la firma sueca, Gunilla Fransson.
La firma Saab acumula 76 años de experiencia en el sector de la
defensa. A finales de marzo su cartera de pedidos total superaba las
47.000 millones de coronas suecas (más de 5.300 millones de euros al
cambio actual). Entre otros desarrollos, esta empresa es la responsable
del avión de combate Gripen.
Un buen cliente de España
Según los datos manejados por el Instituto de Investigaciones para la Paz de Estocolmo (SIPRI),
Australia ha importado durante los últimos cinco años (de 2008 a 2012)
más de 5.000 millones de dólares en material militar (el SIPRI ofrece
sus datos a precios constantes de 1990, para dar una idea real de la
evolución descontando los efectos de la inflación). De esa cantidad,
cerca de 4.000 millones se deben a adquisiciones a EE UU y casi 500 millones a España.
Les siguen en importancia las compras realizadas a Francia, con 352 millones; Alemania, con 120 millones; Irlanda, 98 millones; Gran Bretaña, 90 millones, e Israel, 30 millones.
La mayor parte de estas adquisiciones –cerca de 4.000 millones de
dólares– están relacionadas con aeronaves militares. Le siguen las
compras australianas de sistemas de misiles extranjeros –750 millones de
dólares en estos últimos cinco años–, blindados –216 millones– y
motores –109 millones–.
Foto: Armada Australiana
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