lunes, 29 de junio de 2015

Drones 'made in Spain': cómo son, para qué sirven y quién los fabrica

 
El UAV Pelícano, de Indra
El UAV Pelícano, de Indra
  
Cuáles son los mejores fabricantes españoles de drones? ¿Desde qué aeropuertos pueden ya volar? Nuestro país cuenta con gran cantidad de empresas que diseñan y producen estos aparatos. Esto es lo que hay que saber sobre los productos nacionales.

España es la quinta potencia europea en fabricación de drones, con medio centenar de empresas y más de 220 operadores que ofrecen sus servicios con ellos. Nuestro país tiene cinco aeródromos para desarrollo e investigación de todo tipo de aeronaves no tripuladas. 

Sin embargo, estas cifras también esconden un negocio que incluso para multinacionales como Indra ha sido ruinoso. Son la cara y cruz de una moneda.

En pocos años, los drones invadirán los cielos españoles, igual que los europeos. Según un estudio elaborado en el Reino Unido, para 2050 podrían existir unos 150.000 puestos de trabajo relacionados con los drones. De hecho, para 2023 la UE quiere que los aparatos de medio tamaño que pueden volar sin piloto, sustituyan a las avionetas comerciales y los helicópteros; y, cinco años después que puedan llevar mercancías e incluso pasajeros. 

De acuerdo con la asociación internacional UVSi, España ocupa el cuarto puesto en Europa -empatada con Italia- en el número de sistemas aéreos no tripulados en desarrollo u operación, con cerca de un centenar de fabricantes que trabajan en vehículos aéreos no tripulados, con todo tipo de resultados.

La clave para emplear estos aparatos es conseguir que vuelen de forma segura junto a los aviones comerciales. En España varios organismos, como el INTA o Fada CATEC, trabajan en ello. De hecho, en 2014, en San Javier –Murcia- se realizó un vuelo de un avión no tripulado en el espacio donde operan los aviones comerciales, como parte del proyecto DeSIRE -‘Demonstration of Satellites enabling the Insertion of RPAS in Europe’-, financiado por la Agencia Espacial Europea y la Agencia de Defensa Europea. 

De hecho, muchos expertos ya están recomendando crear una base de datos común en la que se compartan planes de vuelo, para que en un futuro pueda controlarse el tráfico aéreo de drones de forma automática, una idea en la que trabaja la NASA en EE.UU.

Existen compañías como SCR, participada por el Grupo Everis, que ha vendido cerca de un millar de drones, principalmente dedicados a remolcar blancos aéreos para los ejércitos. Frente a ellas, hay otras como la multinacional Indra que, a pesar de ofrecer una gama completa de drones –el Mini UAV Mantis (5,2 kg.) de ala fija y el Pelícano (200 kg.) de ala rotatoria y despegue vertical, de 200 kilos para vigilancia marítima- no ha conseguido cliente alguno. 

Entre ambas hay infinidad de empresas de todos los tamaños, con algunas de las propuestas más novedosas, a la espera de grandes clientes. Expal, por ejemplo, ofrece el Shepherd 1000, un drone con forma de ave rapaz, que puede ser utilizado tanto como observador avanzado en operaciones de combate –para informar de tropas hostiles más allá de la vista- así como para ahuyentar a pájaros de las cercanías de los aeropuertos y evitar así accidentes con aviones. 

Thales España también ofrece drones de inteligencia como el Fullmar y el UAV F-2, que forman parte de los más avanzados tecnológicamente en nuestro país. También está Usol, con sus poderosos aviones no tripulados de 50, 100 y 150 kg para labores de inteligencia y vigilancia; o Dronetools y Aereogenix, que ha vendido más de un centenar de sus octocópteros para grabaciones aéreas.

¿El más avanzado? El Atlante de Airbus Defence & Space, en el que también participan de forma destacada compañías como GMV -en el sistema de control- y el INTA, entre otras empresas y organismos. El Atlante es un drone de tamaño medio cuya tecnología servirá como base para los modelos futuros que desarrolle la compañía. También destacan los desarrollados por el Instituto de Técnica Aeroespacial, el organismo de investigación más puntero de España, como el Milano, el SIVA, Alo… hasta los Diana y Alba, que sirven para remolcar blancos aéreos.

Incluso la empresa líder mundial en sistemas de control de satélites, la española GMV, está volcada en un programa para desarrollar un sistema que permita utilizar al ejército español las imágenes de UAVs de distintas fuerzas militares de la OTAN.

Entre las empresas que ofrecen más aplicaciones civiles destaca FlightTech, con su FT-Altea - 4,5 horas, con un techo de vuelo de 6.096 m y velocidades de hasta 150 km/h-, que ha conseguido homologarlo para que se utilice en la recogida de información en incendios forestales en Andalucía.

Junto a ellos se está creando un reducido club de compañías que desarrollan el software informático que gestiona el control de estos aparatos de medio y pequeño tamaño –inferior a los 150 kilos-.

También están el Spylite, de Tiedro –con 50 km/h de velocidad, una autonomía de hasta tres horas y un alcance de 30 km-, Elbit o la original Singular Aircraft, con su hidroavión apagafuegos no tripulado de 10 metros de largo –que ha realizado este año su primer vuelo experimental-.

España cuenta con un mercado de pequeños drones como el Airrobot de la compañía Tradesegur –con 20 minutos de autonomía- para vigilancia en edificios y grandes instalaciones, o el minidrone Atmos-6, de CAT UAV, para labores de inteligencia, que puede volar hasta 120 min y tiene un techo de vuelo de 4.800 m, hasta los 80 km/h. Ya ha cumplido 120 misiones.

Otras empresas están centrándose en los llamados autopilotos, el software que permite a los aviones no tripulados despegar, realizar su misión y aterrizar simplemente dando a un botón. Es el caso de UAV Navigation, fundada en 2004 y que ha vendido su tecnología a la israelí IAI, a Airbus, a Boeing o a BAE –y que incorporará a raquetas de padel para registrar los movimientos del jugador-, y de la madrileña AirElectronic, que equipa a una decena de modelos de aviones no tripulados de varias empresas españolas y extranjeras. 

Precisamente, entre sus ‘clientes’ está la Fundación Bill Gates, con la que ha colaborado en África para desarrollar el mejor tipo de grano que plantar y con el que conseguir que, gracias a su rápido crecimiento, calidad y fortaleza, se pueda paliar la hambruna en muchos rincones de dicho continente.

Aeródromos de drones españoles

España es de los países europeos con más instalaciones para el desarrollo y vuelo de este tipo de ingenios no tripulados. Los más avanzados son los dos que tiene el INTA en Rozas –Lugo- y Arenosillo –Huelva-, donde también se prueban misiles de los ejércitos. 

Por supuesto, para aparatos militares el Ministerio de Defensa dispone de sus propios aeropuertos, entre los que destacan los de Salamanca y Zaragoza. En el futuro podrían despegar también de León –donde hay un pequeño aeródromo, el de La Virgen del Camino, para los drones del Ejército de Tierra-.

J.M. Vera
http://www.onemagazine.es

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